miércoles, 7 de mayo de 2025

7 DE MAYO DE 1919 NACÍA MARÍA EVA PERÓN

 Eva  Perón:  Mito,  Poder  y

 Contradicción



Infancia y Juventud

María Eva Duarte, también llamada María Eva Duarte de Perón y más conocida como Eva Perón o conocida como Evita, nació en Junín o área rural de Los Toldos, el 7 de mayo de 1919.

Fue una política y actriz argentina, primera dama de la Nación Argentina durante la presidencia de Juan Domingo Perón entre 1946 y 1952 y presidenta del Partido Peronista Femenino y de la Fundación Eva Perón.


Juan Duarte

 

Los padres de Eva Perón fueron Juan Duarte y Juana Ibarguren.

Juan Duarte era un estanciero y político conservador de Chivilcoy, considerado un hombre de clase alta que mantenía dos familias simultáneamente: una legítima en Chivilcoy con su esposa legal y varios hijos, y otra considerada «ilegítima» en Los Toldos con Juana Ibarguren, madre de Eva.


Juana Ibarguren

Juana Ibarguren era hija de un carrero y una puestera criolla, con estrecho contacto con la comunidad mapuche de Los Toldos, y fue asistida en los partos de sus hijos por una comadrona indígena llamada Juana Rawson de Guayquil.




La infancia de Eva Perón en Junín transcurrió en un contexto de dificultades económicas y el estigma de ser hija natural.


Eva Duarte (izq) en su comunión, en 1926.

Juan Duarte falleció en un accidente automovilístico en 1926, cuando Eva era niña, lo que dejó a la familia en una situación de vulnerabilidad y marcó profundamente su niñez.

Asiste a la escuela primaria en Los Toldos.

No fue una alumna destacada y repitió segundo grado.

En 1930, su madre, Juana Ibarguren, se mudó con sus cinco hijos a Junín en busca de una mejor vida.


Foto escolar del 5.º grado en el que se encontraba Eva Duarte, Junín, 1933. Eva está sentada a la izquierda.

En la Escuela N.º 1 "Catalina Larralt de Estrugamou", completó su educación primaria en 1934.

La familia experimentó privaciones, y Juana trabajaba como costurera para mantener a sus hijos.

A medida que la situación económica mejoró, la familia se mudó varias veces a casas más amplias en Junín.

En Junín, Eva descubrió su vocación por el arte.


Evita -a la izquierda- con sus hermanos mayores en el carnaval de 1921

 Le gustaba recitar, actuar y participar en espectáculos escolares.

Participó en obras de teatro como "Arriba Estudiantes" y recitó poemas en un programa de radio local.

A la derecha Eva, A la derecha Eva, junto a su hermana Erminda (Evitaperon.org)


Jugaba con sus hermanos maquillándose y disfrazándose, y coleccionaba fotos de actrices.

A pesar de las dificultades, Eva recordaba su infancia en Junín como un tiempo en el que soñaba con un futuro mejor y sentía el deseo de expresar algo importante a los demás.

A los quince años, Eva Perón

En el año 1935, a los quince años, Eva Perón dejó Junín para buscar su futuro como actriz en Buenos Aires, llegando a la capital el 3 de enero de ese año.

Proveniente de una familia humilde, Eva tenía la ilusión de que la gran ciudad sería un lugar de oportunidades y riqueza, muy distinto a la pobreza que había conocido en su infancia.

Su llegada se enmarca en un gran proceso migratorio interno de jóvenes provenientes de zonas rurales y pequeñas ciudades que buscaban oportunidades en la capital, conocidos despectivamente como cabecitas negras.




En sus primeros meses en Buenos Aires, Eva enfrentó una vida dura y precaria.

Sin contactos ni recursos, frecuentaba bares y confiterías de la calle Corrientes, centro del ambiente artístico, tratando de conseguir alguna recomendación o trabajo.

Su alimentación era escasa y muchas veces debía conformarse con un café con leche para engañar el hambre.

Su primer trabajo importante fue en la compañía teatral de Eva Franco, una de las principales de la época.

Debutó profesionalmente el 28 de marzo de 1935 en la obra La señora de los Pérez, en el Teatro Comedia.

Su papel era de mucama y su único parlamento era la frase “la mesa está servida”.

Su nombre no figuraba en el programa, y los sueldos eran muy bajos, alrededor de 180 pesos mensuales en 1939, con jornadas extenuantes que incluían funciones los domingos.

Durante esos años, Eva trabajó en distintas compañías teatrales, participó en radioteatros y tuvo su primer papel en cine en 1937 con la película Segundos afuera.

La precariedad laboral y económica fue constante, y su salud delicada, lo que la hacía parecer frágil y delgada.

Este período fue fundamental para que desarrollara sus habilidades comunicativas y su carisma, que luego serían clave en su carrera política y social. Su vida en Buenos Aires fue la de una joven valiente y perseverante que luchaba por abrirse camino en un ambiente difícil y competitivo.

Durante esos primeros años, la precariedad laboral y económica fue constante; sus sueldos eran muy bajos y debía afrontar largas jornadas de trabajo en teatro y radio, a veces sin descanso los domingos.

Su perseverancia y carisma le permitieron ir ganando reconocimiento en el medio artístico durante la segunda mitad de la década de 1930.

Eva Perón participó en la obra Cada casa es un mundo, de Carlos Goicochea y Rogelio Cardone, que se estrenó el 19 de junio de 1935 en el Teatro Comedia de Buenos Aires.

Fue su segundo papel teatral, también pequeño, dentro de la compañía encabezada por Eva Franco. En esta obra, Eva compartió cartel con actores como Pascual Pelliciotta y Ángel Magaña.

 

Aunque su papel no era protagónico, la prensa destacó la actuación de todo el elenco, y fue la primera vez que su nombre apareció mencionado en los medios, lo que representó un estímulo para ella.

Durante los ensayos y funciones, Eva se mostraba alegre y sociable, compartiendo camarín con su hermana Herminia Franco y divirtiéndose con bromas a sus compañeros.

Este trabajo consolidó su presencia en el ambiente teatral porteño y le permitió seguir obteniendo roles, aunque pequeños, que le dieron experiencia y visibilidad para avanzar en su carrera artística

En el año 1935, Eva Perón participó en la comedia Madame Sans Gêne, escrita por Victorien Sardou y Émile Moreau, que se estrenó el 26 de noviembre en el Teatro Cómico de Buenos Aires.

En esta obra interpretó dos papeles pequeños: la señorita Julia y Madame Basano.

Aunque sus personajes no tenían gran protagonismo, su desempeño fue bien recibido y le permitió mostrar una imagen más sólida y segura en escena, muy distinta a sus papeles anteriores de menor relevancia.

La puesta en escena fue dirigida por Pablo Suero y formó parte de la compañía teatral encabezada por Eva Franco y su padre José Franco, con quienes Eva Duarte ya había trabajado en producciones anteriores.

La obra tuvo buena concurrencia y fue valorada por el público y la crítica, aunque no fue un gran éxito para su carrera personal, sí le dio visibilidad y cierta admiración: se recuerda una anécdota en la que llegaron al teatro varios canastos de flores destinados a Eva Duarte, confundidos con los de la actriz principal, lo que causó sorpresa y bromas en el ambiente teatral.




En  el año 1936, Eva Perón participó en la obra La dama, el caballero y el ladrón, escrita por Federico Mateos Vidal, que se estrenó el 2 de enero en el Teatro Cómico de Buenos Aires.

En esta comedia, Eva interpretó el papel de una dactilógrafa, un rol pequeño pero significativo dentro de su incipiente carrera teatral.

 La obra fue parte de su cuarto trabajo profesional y le permitió seguir ganando experiencia en el ambiente teatral porteño.

Tras el fin de esta temporada, Eva quedó sin trabajo y en marzo de ese año fue convocada por la compañía de José Franco para realizar una gira por el interior del país, donde participó en varias obras y comenzó a figurar con el nombre artístico de Evita Guerrero.

Su participación en La dama, el caballero y el ladrón fue un paso más en su crecimiento como actriz, aunque todavía en papeles secundarios, en un contexto de trabajo precario y constante búsqueda de oportunidades.

Este rol fue importante porque por primera vez Eva interpretaba personajes con un perfil de "persona importante", lo que le sentó muy bien y contribuyó a su crecimiento como actriz y figura pública.

Fue uno de sus primeros papeles con mayor presencia escénica y le permitió consolidar su nombre en el medio artístico porteño.

 

Los primeros años de Eva en Buenos Aires fueron duros. Luego consiguió un contrato para un radioteatro auspiciado por un jabón y su situación mejoró.

En 1936, Eva Perón formó parte de la Compañía Argentina de Comedias Cómicas, liderada por José Franco, Pepita Muñoz y Eloy Álvarez, que realizó una gira por el interior del país, presentándose en ciudades como Rosario, Mendoza, Córdoba y Paraná. Durante esta gira, Eva participó en varias obras teatrales, entre ellas:

 

Miente y serás feliz (Perini y Malfatti)

Doña María del Buen Ayre (sátira de Bayón Herrera)

Así las estoy pagando (Insausti y Ballesteros)

Mis cinco papás (Malfatti y De Las Landeras)

Mamá Clara (Federico Mertens)

En todas estas obras, Eva tuvo papeles secundarios que le permitieron ganar experiencia y visibilidad, y empezó a figurar con el nombre artístico de Evita Guerrero.

La gira incluyó presentaciones en teatros importantes como el Teatro Odeón de Rosario, donde la crítica destacó el trabajo del elenco, incluyendo a Eva Duarte.

Esta gira fue clave para que Eva consolidara su carrera artística, enfrentando las dificultades de la vida itinerante y la precariedad laboral, y le permitió ampliar su repertorio y su reconocimiento en el medio teatral argentino.

En el año 1936, Eva Perón también participó en la obra El beso mortal, un drama con fuerte mensaje social que alertaba sobre el peligro de contraer enfermedades venéreas, un tema tabú para la época.

En esta producción, Eva interpretó a una enfermera, un papel que, aunque secundario, tenía un significado importante dentro del mensaje de la obra.

 

La compañía teatral en la que actuaba realizó una gira por varias ciudades del interior de Argentina, presentándose en teatros de Rosario y Mendoza, entre otros lugares.

La obra tuvo gran aceptación y se presentaba en múltiples funciones diarias, lo que implicaba un ritmo de trabajo agotador para los actores.

Eva compartió elenco con figuras como Pepita Muñoz, Teresa Senén, José Franco y Enrique Borrás.

Este trabajo fue clave para Eva porque le permitió consolidar su experiencia actoral en un contexto de compromiso social, además de aumentar su visibilidad en el medio teatral.

La gira incluyó también presentaciones en Córdoba y Paraná, con funciones intensas y un público receptivo.

Así, El beso mortal marcó un punto importante en la carrera artística de Eva Duarte, mostrando su capacidad para abordar temas sociales desde el teatro y fortaleciendo su perfil público antes de su posterior ingreso a la política.

En diciembre de 1936, Eva Perón actuó en la obra "Las inocentes", de Lilian Hellman, que se estrenó el 9 de diciembre en el Teatro Corrientes de Buenos Aires.

En esta producción interpretó el papel de Catalina, un rol de mayor presencia que los que había tenido hasta entonces.

El éxito de la obra fue notable y permitió que la compañía teatral, dirigida por Pablo Suero, extendiera la gira a Montevideo, Uruguay, en enero de 1937.

Este trabajo marcó un avance importante en la carrera artística de Eva, ya que la obra fue bien recibida por el público y la crítica, y le dio mayor visibilidad en el medio teatral.

 Fue también en esta etapa cuando adoptó el nombre artístico de Eva Durante, con el que comenzaría a ser conocida en sus siguientes trabajos.

En 1938, Eva Perón participó en la obra Si los viejos levantaran la cabeza, escrita por Malfatti y De Las Landeras, que se estrenó el 30 de junio de ese año.

En esta comedia, Eva interpretó el papel de Rosa, una doméstica, un personaje que reflejaba la realidad social de la época y que le permitió mostrar su capacidad para representar a personajes humildes y cercanos al pueblo.

La obra tuvo buena recepción y fue premiada por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, lo que significó un reconocimiento importante para el elenco y para Eva en particular.

Su participación en esta obra fue parte de su consolidación como actriz en el teatro porteño, en un momento en que seguía buscando abrirse camino en el medio artístico antes de su ingreso definitivo a la política.

En julio de 1938, Eva Perón participó en la farsa cómica El cura de Santa Clara, escrita por Martignone y Bertonasco, que se presentó en el Teatro Liceo de Buenos Aires.

En esta obra, Eva formó parte del elenco junto a destacados actores como Pierina Dealessi, Nelly Ayllon, Marcos Zucker, Carmen Domenech y Pascual Pelliciotta.

Su participación fue bien valorada por la crítica, que destacó la calidad del elenco y la comicidad de la obra.

También Eva Perón participó en la farsa cómica Una noche en Viena, escrita por Mario Flores, tambdurante 1938.

La obra se presentó en el Teatro Liceo de Buenos Aires y formó parte de su etapa de consolidación como actriz en distintos géneros teatrales, mostrando así su versatilidad.

En esta producción, Eva compartió elenco con destacados actores de la época y continuó desarrollando su perfil artístico en el ambiente porteño.


Eva Duarte en 1939, cuando ya incursionaba como actriz (Fotografía de Annemarie Heinrich)


En el año 1939, Eva Perón consiguió un puesto estable como actriz en la Compañía de Camila Quiroga y participó en la obra Mercado de amor en Argelia, estrenada el 5 de enero en el Teatro Astral de Buenos Aires.

La obra, basada en la novela de Lucienne Favre y teatralizada por Gastón Baty, fue dirigida por Edmundo Guibourg y musicalizada por Juan José Castro.

Esta producción contó con una lujosa puesta en escena y buenas interpretaciones, lo que la convirtió en un éxito rotundo, superando las 100 representaciones, un hecho poco común en la época.

Eva interpretó el papel de una odalisca, junto a un elenco que incluía a Rosa Catá, Daniel de Alvarado, Ada Pampín y Jorge Lanza.

La obra recibió muy buenas críticas y fue un punto alto en la carrera teatral de Eva, consolidando su presencia en el ambiente artístico porteño.

Carnet de afiliación de Eva Duarte a la Asociación Argentina de Actores en 1939.


En abril de 1939, Eva Perón integró la Compañía Radial de Teatro del Aire, que se emitía por Radio Mitre, marcando el inicio de su destacada carrera en el radioteatro.

En esta compañía, Eva fue la primera figura y protagonizó la obra Los jazmines del ochenta, un romance histórico ambientado en el Buenos Aires de 1880, escrito por Héctor Pedro Blomberg.

Este papel le permitió ganar reconocimiento masivo y consolidar su imagen pública, con su rostro y nombre apareciendo en revistas especializadas como Antena, Sintonía y Cine Argentino.

 La Compañía de Teatro del Aire, que encabezaba junto a Pascual Pelliciotta, incluía también a actores como Ada Pampín y Marcos Zucker, con quienes Eva mantenía estrecha amistad.

Tras Radio Mitre, la compañía pasó a Radio Prieto, donde se transmitieron otras obras de Blomberg como Las rosas de Caseros y La estrella del pirata.



Este período fue fundamental para Eva, ya que la radio le ofreció estabilidad económica y un medio ideal para desarrollar su talento comunicativo, que luego sería clave en su carrera política.

1943

Su popularidad creció rápidamente, y en 1943 protagonizó ciclos radiales dedicados a biografías de mujeres ilustres, como Grandes mujeres de todos los tiempos, transmitido por Radio Belgrano.

Antes de conocer a Juan Domingo Perón en 1944, Eva Duarte no tenía una vinculación política formal ni activa.

Su carrera se centraba en la actuación teatral y el radioteatro, sin participación pública en movimientos políticos o sociales organizados.

Una de las primeras fotografías de Evita con Perón, en 1944, publicada por historiadelperonismo.com


Su ingreso a la política comenzó a partir de su encuentro con Perón.



Eva Perón conoció a Juan Domingo Perón en enero de 1944, en el marco de la movilización solidaria tras el terremoto que devastó la provincia de San Juan el 15 de ese mes.

Juan Domingo Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión, organizó una colecta para ayudar a las víctimas y convocó a artistas para colaborar en la campaña.

El primer encuentro entre Eva y Perón fue el 17 de enero de 1944, durante una reunión previa a la colecta, donde Eva, ya actriz y figura del ambiente artístico, se destacó por su energía y compromiso.

El acto principal se realizó el 22 de enero en el estadio Luna Park de Buenos Aires, donde Eva participó activamente en la recaudación de fondos, logrando reunir una suma destacada.

 Perón quedó impresionado por su carisma y dedicación, y poco después comenzaron a verse en privado, iniciando un romance que marcaría la historia argentina.

Según Perón, Eva entró en su vida como el destino, describiéndola como una mujer de aspecto frágil pero voz resuelta y mirada intensa.


Eva Duarte y Libertad Lamarque en La cabalgata del circo, 1945.




La obra "La pródiga" es una película argentina filmada en blanco y negro en 1945, dirigida por Mario Soffici con codirección de Leo Fleider y Ralph Pappier, y con guion de Alejandro Casona basado en la novela de Pedro Antonio de Alarcón. 

Narra la historia de Julia, dueña de una gran casona en un valle, que tras llevar una vida licenciosa decide dedicar su fortuna a ayudar a los demás, ganándose el apodo de "la pródiga". La llegada de un ingeniero con otros planes para sus tierras pone en crisis la vida de Julia y el destino del valle.

La película fue el único filme en el que Eva Duarte (futura Eva Perón) tuvo un papel protagónico. 

Aunque se terminó de rodar en octubre de 1945, su estreno fue postergado y bloqueado por Juan Domingo Perón tras su matrimonio con Eva, por consideraciones políticas.

 El negativo y las copias fueron retirados de circulación, y la película permaneció inédita hasta su estreno público en 1984, gracias a que una copia se conservó en Montevideo.

 "La pródiga" es considerada una obra con una producción modesta y un rodaje premioso, diseñada para lucimiento de Eva Duarte, aunque con críticas que destacaron sus limitaciones interpretativas. 

La trama, que muestra a una mujer que pasa de una vida disipada a una abanderada de los humildes, se vincula simbólicamente con la imagen pública que luego tendría Eva Perón.

En octubre de 1945, tras un golpe de Estado militar, Juan Domingo Perón fue detenido y confinado en la isla Martín García, lo que generó una crisis política profunda.

En ese momento, Eva Perón, aunque aún sin una identidad política consolidada ni contactos firmes en los sindicatos, asumió un rol activo para lograr su liberación.

Entre el 13 y 14 de octubre, Eva contactó a varios abogados para presentar un hábeas corpus y buscó apoyo para que Perón pudiera salir del país o ser liberado.

 

Durante esos días difíciles, Eva permaneció junto a Perón, circulando por distintas casas y enfrentando la hostilidad de los militares, quienes la despreciaban y la veían como una figura menor.

Ella sufrió incluso agresiones físicas mientras se movilizaba para ayudar a Perón.

 A pesar de su limitado acceso a la estructura sindical, su compromiso y presencia pública fueron importantes para mantener viva la esperanza en el entorno cercano a Perón.

El movimiento que realmente impulsó la liberación fue la masiva movilización obrera y sindical del 17 de octubre de 1945, cuando miles de trabajadores ocuparon la Plaza de Mayo exigiendo la libertad de Perón.

Aunque la tradición peronista atribuye a Eva un papel central en la organización de esta movilización, historiadores actuales coinciden en que su intervención directa fue limitada o nula, ya que ella aún carecía de apoyo sindical consolidado.

Sin embargo, esta semana crítica consolidó el papel político de Eva, quien tras la liberación de Perón el 17 de octubre comenzó a ganar protagonismo público y político.

Carrera y Matrimonio

Finalmente, se casaron el 22 de octubre de 1945 en Junín, y Eva comenzó a desempeñar un papel fundamental en la política argentina, especialmente en la defensa de los derechos sociales y políticos de los sectores populares y de las mujeres

El 4 de junio de 1946, Juan Domingo Perón asumió la presidencia de Argentina tras ganar las elecciones generales del 24 de febrero con el 52,84% de los votos.

La ceremonia se realizó en el Congreso Nacional, donde Perón y su vicepresidente Hortensio Quijano juraron ante la Asamblea Legislativa, en un acto al que no asistieron los legisladores opositores.

El presidente saliente, Edelmiro Farrell, le entregó el bastón y la banda presidencial, símbolos del mando, y luego Perón y su gabinete se trasladaron al balcón del Congreso para recibir la ovación de miles de personas reunidas en la Plaza de Mayo.

Con la asunción de Perón, Eva Perón se convirtió en primera dama y comenzó un rol político y social fundamental en el país.

Desde ese momento, Eva impulsó la creación de la Fundación Eva Perón, que canalizó numerosas políticas sociales destinadas a los sectores más postergados. Su figura se consolidó como la representante de los derechos sociales, laborales y políticos, especialmente de las mujeres y los trabajadores.

El primer gobierno de Perón (1946-1952) se caracterizó por la implementación de un extenso estado de bienestar, con la creación del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, la sanción de la ley de voto femenino y una política económica orientada a la industrialización y la nacionalización de sectores estratégicos.

Eva Perón fue clave en la promoción de estas políticas sociales y en la ampliación de derechos, consolidando su liderazgo popular

Activismo y Logros Políticos

En el año 1947, Eva Perón impulsó de manera decisiva la sanción de la Ley N.º 13.010, conocida popularmente como la "Ley Evita", que otorgó a las mujeres argentinas el derecho a votar y a ser elegidas para cargos políticos nacionales.

Esta ley fue promulgada el 23 de septiembre de 1947 durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón y representó una conquista fundamental para la igualdad de género en Argentina.

El proceso para lograr esta ley estuvo marcado por la activa campaña pública de Eva Perón, quien desde enero de 1947 pronunció varios discursos por radio exigiendo la sanción del sufragio femenino, a pesar del silencio o la oposición de muchos medios de prensa tradicionales.

Eva organizó además una gran movilización de mujeres frente al Congreso para presionar a los legisladores, y estableció una red de centros cívicos femeninos en todo el país para apoyar la causa y fortalecer su liderazgo político.

La sanción de la ley el 9 de septiembre de 1947 fue un momento clave en la historia argentina, ya que por primera vez se reconoció legalmente la participación política plena de las mujeres, quienes hasta entonces estaban excluidas del voto nacional, aunque algunas provincias ya lo habían permitido antes.

La ley fue aprobada en medio de debates y tensiones políticas, con Eva Perón presente en el Congreso, simbolizando el compromiso del peronismo con la ampliación de derechos sociales y políticos.

Aunque la ley se promulgó en 1947, las mujeres pudieron ejercer el voto por primera vez en las elecciones presidenciales de 1951, consolidando así un cambio histórico en la democracia argentina.

En el año 1947, Eva Perón realizó una extensa gira internacional que duró aproximadamente 79 días, recorriendo países de Europa y América con el objetivo de fortalecer la imagen internacional de Argentina y su gobierno.

El viaje comenzó el 6 de junio y finalizó el 23 de agosto, incluyendo visitas a España, Francia, Portugal, Suiza, Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay.

La primera etapa fue España, donde Eva fue recibida con honores propios de una jefa de Estado, alojada en residencias oficiales como el Palacio de El Pardo y el Palacio de Pedralbes, y participando en actos multitudinarios en 16 localidades españolas.

Durante su estadía, fue condecorada con la Cruz de Isabel la Católica en una concentración que reunió a 300 mil personas, reconocimiento que destacó su rol como embajadora de la paz y defensora de los derechos sociales.

 

En su discurso en España, Eva expresó la idea que dio nombre a la gira: “Se ha dicho que hemos venido a formar un ‘eje’ Buenos Aires – Madrid. Mujeres españolas, no he venido a formar ejes, sino a tender un arcoíris de paz con todos los pueblos”, frase que simbolizó su mensaje de conciliación y solidaridad internacional.

La gira incluyó también una audiencia con el Papa Pío XII en el Vaticano, donde Eva fue recibida con gran respeto, consolidando la imagen de Argentina en el ámbito religioso y diplomático.

Además, visitó Francia, Portugal, Suiza y otros países europeos, donde participó en actos oficiales, encuentros con autoridades, sindicalistas y empresarios, y firmó acuerdos comerciales y de cooperación.

En América, visitó Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay, reforzando lazos regionales y promoviendo la política exterior independiente de la llamada “Tercera Posición” impulsada por Perón, que buscaba alejarse tanto del capitalismo occidental como del comunismo soviético.

Esta gira no oficial, conocida también como la “gira del Arcoíris”, fue un hito diplomático que proyectó a Eva Perón como una figura internacional, fortaleció la imagen del gobierno argentino y permitió establecer importantes acuerdos políticos y comerciales con varios países.


Fundación Eva Perón

En el año 1948, Eva Perón creó formalmente la Fundación Eva Perón (inicialmente llamada Fundación de Ayuda Social María Eva Duarte de Perón), mediante el decreto n.º 20.564 del 19 de junio, con personería jurídica otorgada el 8 de julio.

Esta institución se convirtió en el principal vehículo para canalizar las políticas sociales que Eva impulsaba, destinadas a mejorar la vida de los sectores más vulnerables y postergados de Argentina.

Escuela de Enfermería Eva Perón,

La Fundación llevó adelante una amplia obra social que incluyó la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños, jóvenes, madres solteras y ancianos, y la creación de la Escuela de Enfermería Eva Perón, que ofrecía una formación profesional integral para enfermeras, con un programa de estudios teóricos y prácticos en hospitales propios de la Fundación.

También estableció ciudades infantiles y estudiantiles en provincias como Tucumán y Córdoba, y puso en marcha un Tren Sanitario para llevar atención médica a zonas alejadas.

Eva Perón se ocupaba personalmente de la Fundación, dedicando largas horas a atender a quienes llegaban con pedidos de ayuda de todo el país. La Fundación distribuía alimentos, ropa, juguetes, máquinas de coser y otorgaba becas y préstamos para fomentar el trabajo y la educación.

Además, funcionaba como un canal directo para brindar asistencia social sin la burocracia estatal tradicional, enfocándose en la justicia social y la dignidad de las clases populares.

Paralelamente, Eva realizó numerosas giras por el interior del país y el extranjero, pronunciando discursos en los que promovía derechos civiles, laborales y sociales, con especial énfasis en la igualdad de género, la defensa de los trabajadores y la protección de los sectores vulnerables.

Su figura se consolidó como la “abanderada de los humildes” y la “madre de los descamisados”.

La Fundación Eva Perón funcionó hasta 1955, cuando fue clausurada tras el derrocamiento de Perón, pero dejó un legado duradero en la política social argentina.

El 29 de julio de 1949, Eva Perón fundó y se convirtió en presidenta del Partido Peronista Femenino (PPF), una organización política exclusiva para mujeres dentro del movimiento peronista.

Esta creación respondió a la necesidad de integrar políticamente a las mujeres tras la sanción de la ley de sufragio femenino en 1947, ya que Eva comprendió que la ley por sí sola no garantizaba su participación efectiva en cargos electivos.

El PPF fue una experiencia inédita a nivel mundial: aunque estaba vinculado al peronismo, funcionaba como un partido autónomo con estructura propia y células operativas, con Eva como líder indiscutida.

En su discurso fundacional, Eva explicó que el partido femenino tenía objetivos propios, centrados en la redención y el empoderamiento de la mujer, aunque compartía plenamente la doctrina y liderazgo de Perón.

El partido tenía garantizado el 33% de los cargos obtenidos por el peronismo en elecciones, lo que permitió que en 1951 una gran cantidad de mujeres fueran elegidas legisladoras: 23 diputadas nacionales, 6 senadoras y un total de 109 mujeres en cargos provinciales.

Esta incorporación masiva evidenció las barreras que las mujeres enfrentaban en otros partidos, como la Unión Cívica Radical, donde no lograron acceder a cargos electivos.

Para expandir su influencia, Eva designó delegadas que organizaron Unidades Básicas Femeninas en todo el país, creando la mayor organización de mujeres de la región en su época.

El PPF fue clave para la reelección de Perón y consolidó a Eva como una líder política con un poder sin precedentes para una mujer en ese momento.

 

Salud y Últimos Años

En 1950, Eva Perón sufrió un síncope público durante un acto sindical el 9 de enero, lo que despertó preocupación sobre su salud.

Tras este episodio, fue sometida a estudios médicos que inicialmente no lograron diagnosticar con precisión su enfermedad.

En el año 1951, finalmente se confirmó que padecía un cáncer de cuello uterino (cáncer cervical), una enfermedad grave que avanzaba rápidamente.

Este mismo año, Eva Perón publicó su autobiografía, La razón de mi vida, donde narra su vida desde su infancia hasta su rol como líder política, exponiendo sus ideales y su lucha por la justicia social.

El libro, en realidad escrito por Manuel Penella de Silva, no detalla cronológicamente su vida, sino que se presenta como un manifiesto peronista, donde a menudo expresa las opiniones de Juan Domingo Perón como si fueran propias.

Ya enferma de cáncer, Eva decidió escribir este libro-legado.

 La razón de mi vida se divide en tres partes: "Las causas de mi misión", "Los obreros y mi misión" y "Las mujeres y mi misión".

Durante todo 1951, debido al avance de su enfermedad, Eva renunció a la candidatura a la vicepresidencia en las elecciones de ese año, en un evento recordado como "El renunciamiento".

A lo largo de 1951, Eva recibió tratamientos que incluyeron radioterapia y una cirugía realizada en noviembre, aunque el diagnóstico ya era desfavorable debido a la presencia de metástasis.

Su estado de salud se mantuvo en secreto, considerado un "secreto de Estado", y ella continuó con su intensa actividad política y social a pesar del deterioro físico.

Realiza discursos emblemáticos desde su enfermedad, manteniendo su compromiso político hasta donde su salud se lo permite.


El 11 de noviembre de 1951 votó desde la cama del hospital y de ahí transitó un lento declive


Días antes de su muerte, rodeada por Perón y los médicos (Fuente: Cien días enferma de Eva Perón)





El cáncer fue la causa principal de su declive y muerte, ocurrida el 26 de julio de 1952, cuando tenía apenas 33 años.

El funeral de Eva Perón fue uno de los más multitudinarios y conmovedores de la historia argentina.

Tras su muerte la noticia se difundió de inmediato por radio y el país entero entró en duelo.

Se suspendieron todas las actividades, los cines y restaurantes cerraron, y las calles de Buenos Aires se llenaron de personas que querían despedirse de “Evita”.

“El Presidente y todos sus colaboradores queremos que usted, doctor Ara, prepare el cadáver para exponerlo al pueblo y ser luego depositado en la cripta monumental que hemos de construir”


Su cuerpo fue embalsamado por el doctor Pedro Ara y expuesto en un féretro de tapa de cristal en el Ministerio de Trabajo.

Durante casi dos semanas, más de dos millones de personas pasaron a rendirle homenaje, en colas que se extendían por varias cuadras y que generaron escenas de gran emoción y hasta tragedia, con personas heridas y fallecidas en la multitud.

El dolor popular superó cualquier medida oficial de luto, las flores se agotaron en toda la ciudad y la concentración de gente fue histórica.

El 9 de agosto, el cuerpo fue trasladado al Congreso para una última jornada de velatorio.





Al día siguiente, tras una misa de réquiem, el féretro fue llevado en una cureña tirada por trabajadores de la CGT, seguido por Perón, su gabinete, familiares, delegadas del Partido Peronista Femenino y miles de trabajadores, enfermeras y estudiantes de la Fundación Eva Perón.

11 de agosoto de 1952: la cureña que transportaba el féretro era conducida por un grupo de trabajadores, vestidos con camisas claras. Detrás iba Perón, la madre y los hermanos de Evita


Desde balcones y ventanas, la gente arrojaba flores al paso del cortejo.

Aunque nunca ocupó un cargo político formal, Eva Perón recibió honores reservados a jefes de Estado.

Su funeral incluyó una misa católica y fue recordado incluso en los Juegos Olímpicos de Helsinki, donde la delegación argentina realizó un homenaje especial.

Su enfermedad y fallecimiento marcaron profundamente a la sociedad argentina y al movimiento peronista, y su figura quedó inmortalizada como símbolo de lucha y entrega.

El cadáver embalsamado de Eva, que originalmente iba a ser colocado en un gran mausoleo, quedó bajo control del nuevo régimen militar, que lo consideraba un riesgo político.

Tras el derrocamiento de Juan Domingo Perón por un golpe militar en 1955, las nuevas autoridades temían que el cuerpo de Evita se convirtiera en un símbolo de resistencia del peronismo.

Durante varios años, el cuerpo fue escondido en distintos lugares dentro de Buenos Aires: primero en oficinas, luego en una propiedad militar y finalmente en una vivienda particular custodiada por el servicio de inteligencia.

En 1957, el gobierno decidió sacarlo del país definitivamente. La operación fue encabezada por el Servicio de Inteligencia del Ejército.

El cuerpo fue colocado en un féretro simple, y se le dio el nombre falso de "María Maggi de Magistris", una supuesta italiana fallecida en el extranjero.

Usando documentación apócrifa, el ataúd fue enviado a Italia vía diplomática (aunque algunos informes sugieren que fue a través de una compañía aérea comercial con cobertura diplomática).

El cuerpo fue enterrado en el Cementerio Maggiore de Milán, en una tumba común, sin marcas llamativas, junto a cientos de otras personas.

Solo algunos militares argentinos sabían realmente dónde estaba.

Durante estos 14 años, el paradero del cuerpo fue un secreto absoluto.

 Ni los peronistas ni los familiares sabían dónde estaba Evita.

El ataúd estaba bajo una lápida sencilla con el nombre falso.

Esta operación encierra una dimensión casi simbólica y ritual ya que fue un intento de borrar físicamente a Evita del mapa argentino como forma de atacar el alma del peronismo.

Sin embargo, el resultado fue el contrario, la historia del cuerpo secuestrado y trasladado aumentó el mito de "Santa Evita".

En 1971, después de una negociación con el dictador Alejandro Lanusse, el cuerpo embalsamado de Eva fue entregado a Juan Domingo Perón, que vivía exiliado en Madrid junto a su esposa Isabel Perón (María Estela Martínez).

La estancia del cuerpo de Eva Perón en la residencia de Juan Perón en Puerta de Hierro, Madrid— es uno de los capítulos más oscuros, enigmáticos y simbólicamente potentes de la historia del peronismo.

Involucra política, misticismo, obsesión y culto a la figura de Eva como una especie de santa laica o figura espiritual.

El cuerpo fue trasladado en secreto desde el Cementerio Maggiore de Milán hasta la casa de Puerta de Hierro, un chalet modesto en las afueras de Madrid.

El féretro fue colocado en una habitación especial de la casa. Algunas versiones dicen que estaba sobre una cama; otras, que se colocó en una especie de altar.

El cuerpo, aún embalsamado, recibía cuidados de mantenimiento regulares, para evitar su deterioro.

La presencia constante del cadáver en la casa generó un ambiente sombrío, y muchos de los allegados a Perón lo consideraban un hecho perturbador.

Aquí es donde el relato toma un tono más extraño y profundamente simbólico:

Isabel Perón, según múltiples testimonios, realizaba rituales espiritistas frente al cadáver de Eva.

El objetivo, dicen, era "canalizar su energía", como si buscara recibir el carisma y la conexión popular de Eva, algo que Isabel, de personalidad más apagada, no tenía.

Estas prácticas eran impulsadas y dirigidas por un personaje muy polémico, José López Rega, secretario personal de Perón, ex policía y ocultista aficionado.

 Fue apodado "El Brujo" por su influencia en prácticas esotéricas dentro del círculo íntimo del expresidente.

No se trataba solo de superstición. En un nivel simbólico y político, el cadáver de Evita era considerado un talismán de poder.

Eva había encarnado la conexión emocional con el pueblo, el aura mística del peronismo. Isabel, al ponerse en contacto con su cuerpo, buscaba apropiarse de esa legitimidad simbólica.

Esto también forma parte de una construcción cultural más amplia, el culto a los cuerpos incorruptos (como el de santos) en muchas tradiciones religiosas y políticas.

El cuerpo de Evita —preservado, adorado, ocultado— fue una pieza central del mito peronista, incluso después de muerta.

Isabel Perón junto con su mano derecha, José López Rega, conocido como "el brujo" por su afinidad al esoterismo.


En 1974, cuando Perón volvió al poder en Argentina y luego murió, Isabel —ya presidenta— repatrió los restos de Eva, que finalmente fueron enterrados en la cripta de la familia Duarte en el Cementerio de la Recoleta.

Allí reposan hoy, en una tumba profundamente protegida, casi a prueba de profanaciones.

La historia del cuerpo de Eva Perón es una mezcla de fanatismo, política y misticismo, y ha sido objeto de libros, documentales y hasta novelas. Es también un reflejo de cuánto poder simbólico tuvo —y aún tiene— su figura.

 

UNA MIRADA CRÍTICA

 

Eva Perón fue un personaje con luces y sombras y sobre eso es mi mirada.

Sus contradicciones están entre su origen humilde, su discurso a favor de los pobres y su uso de vestimenta y joyas lujosas.

Y de eso surge mi pregunta clave.

¿Es que toca el corazón del fenómeno del culto a la figura mítica, algo muy común en la historia de líderes carismáticos?

Muchos defienden a Eva Perón de manera casi acrítica porque, para ellos, ella representa más que una persona, es un símbolo, casi una religión política.

Aquí algunas razones por las que muchas personas no reconocen sus contradicciones:

Identificación emocional profunda:

Para millones de argentinos, especialmente de sectores populares, Eva Perón simbolizó por primera vez el acceso a derechos, la visibilidad de los humildes, la justicia social.

Esa huella emocional se transmite de generación en generación.

Criticarla se siente como traicionar esa memoria colectiva.

Mecanismo de defensa del mito:

Los mitos políticos funcionan como relatos cerrados: son “buenos” o “malos”, sin matices.

Si se reconoce una sombra, se teme que se caiga todo el mito. Por eso, muchos prefieren negar las contradicciones antes que revisar críticamente la figura.

Construcción deliberada del culto a la personalidad:

El peronismo construyó desde el inicio una imagen casi sagrada de Eva (la “abanderada de los humildes”, “Santa Evita”).

Su figura fue tratada como la de una mártir. En muchos sectores, eso se mantiene hasta hoy.

Las críticas, entonces, no se discuten racionalmente: se rechazan por principio.

La contradicción entre su origen humilde, su discurso a favor de los pobres y su uso de vestimenta y joyas lujosas ha generado debates desde su época hasta hoy.

Quienes la defienden a ultranza suelen argumentar que:

La ostentación era estratégica:

Justifican que Eva necesitaba posicionarse como una figura poderosa en un ambiente político y social dominado por hombres ricos y aristócratas.

Vestirse con lujo podía ser una forma de mostrar poder, no solo personal sino del pueblo que decía representar, como una especie de revancha simbólica frente a las élites que históricamente excluyeron a los pobres.

Era parte de la cultura política del momento:

Que en los años 40 y 50, las figuras públicas —en todo el mundo— usaban la estética y la imagen como herramientas de propaganda.

Eva no fue una excepción; supo construir su mito también a través de su apariencia.

Ella veía que representaba algo más grande que sí misma: Para muchos de sus seguidores, Eva era una especie de reina del pueblo.

Su ropa y joyas no eran “de ella” sino “para el pueblo”, como símbolo de lo que los humildes podían aspirar a alcanzar.

Sin embargo, mi punto es si de verdad buscaba cambiar el mundo, ¿por qué no cambió con el ejemplo?

Un verdadero liderazgo moral muchas veces implica ir a contracorriente de las modas y los sistemas que uno critica.

Eva podría haber elegido mostrarse sobria y austera para reforzar con su ejemplo el mensaje de justicia social.

Pero eligió otro camino, probablemente por razones personales, estratégicas o ideológicas.

El liderazgo auténtico y moral se construye con el ejemplo, no con la ostentación y hay claros ejemplos de ello, de los cuales nombraré algunos.

Los personajes, Rosa Parks, Mandela, la Madre Teresa, Gandhi, Greta Thunberg son prueba concreta de que la coherencia entre el discurso y la vida personal fortalece el mensaje y genera respeto genuino, no solo carisma mediático.

Eva Perón eligió otro tipo de simbología, y creo completamente legítimo —y necesario— preguntarse si esa simbología no traicionó, en parte, la causa que decía defender.

En contraste con figuras como Gandhi o la Madre Teresa, que deliberadamente adoptaron una vida de sencillez para evidenciar su compromiso con los más pobres, Evita terminó pareciéndose, al menos externamente, a las élites que tanto criticaba.

Considero que sus defensores caen en un relato justificador que parece construido más para blindar un mito que para confrontar la complejidad de su figura. Porque es cierto, nadie necesita diamantes o pieles para ayudar a un necesitado.

El poder simbólico también puede ejercerse desde la austeridad.

De hecho, muchas veces es más poderoso desde ahí.

Cuestionar esas contradicciones no es atacar sin más, sino abrir el debate sobre el verdadero compromiso con el cambio social.

También el preguntarse si es posible transformar el mundo sin cuestionar también las formas de poder, estatus y lujo que sostienen las desigualdades.

Reconocer que alguien hizo cosas grandes y también cometió errores no debilita su figura, al contrario, la humaniza y permite aprender más profundamente de su legado.

 

HOMENAJES

 

La figura de Eva Perón se convierte en un símbolo político y social en Argentina, con un legado que incluye la ampliación de derechos para las mujeres y los sectores más vulnerables.

Desde su fallecimiento en 1952, Eva Perón ha sido homenajeada continuamente para mantener vivo su recuerdo y legado en Argentina y más allá. Entre los homenajes más destacados se encuentran:

Actos conmemorativos anuales: 

Cada 26 de julio, fecha de su muerte, se realizan misas, marchas, vigilias y actos en distintos puntos del país, como en el Cementerio de la Recoleta, el Museo Evita y lugares emblemáticos vinculados a su vida.

 Eventos culturales y artísticos: 

Se organizan muestras, performances, conciertos y proyecciones de sus discursos, como los realizados en Tecnópolis, el Centro Cultural Kirchner y el Museo Evita, que incluyen música en vivo, exposiciones audiovisuales y programas temáticos de radio.

Campañas y movilizaciones políticas: 

El Partido Justicialista y organizaciones gremiales realizan campañas como "Las mil y una Evita" y marchas de antorchas para recordar su figura y reivindicar su legado social y político.

 

Monumentos y espacios dedicados

En Buenos Aires existen monumentos y espacios emblemáticos .

Museo Eva Perón

El Museo Evita, ubicado en la calle Lafinur 2988 del barrio de Palermo en Buenos Aires, es un espacio dedicado a la vida, obra y legado de Eva Duarte de Perón. 

Fue inaugurado el 26 de julio de 2002, en conmemoración del 50 aniversario de su fallecimiento, y funciona también como sede del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón, que realiza estudios académicos sobre su persona y el peronismo.

El museo se aloja en una casona de estilo colonial español construida en 1923, conocida como Edificio Carabassa, que en 1948 fue adquirida por la Fundación Eva Perón para funcionar como hogar de tránsito para mujeres en situación de vulnerabilidad. 

Tras diversos usos y un proceso de restauración iniciado en los años 90, el edificio fue declarado Lugar Histórico Nacional y Monumento Histórico Nacional.

La exhibición del museo recorre desde la infancia de Eva en Los Toldos, sus primeros pasos como actriz, su encuentro con Juan Domingo Perón, hasta su intensa actividad social a través de la Fundación Eva Perón. 

Se exhiben objetos personales, correspondencia, vestidos (incluyendo diseños de Christian Dior y Paco Jamandreu), documentos históricos, juguetes y elementos de las obras sociales que impulsó. También se muestra su rol en la promoción del voto femenino y su legado político y social.

 Además de la colección permanente, el museo cuenta con un salón para exposiciones temporales y un restaurante en uno de sus patios. Es uno de los museos más visitados de Argentina y un centro de referencia para quienes desean conocer la historia y el impacto de Eva Perón en la sociedad argentina





Los murales de diez toneladas emplazados en el edificio de los ministerios de Salud y Desarrollo Socialen la Avenida Libertador, “Evita Iluminada” . 





Sobre la calle Posadas, al 1557 donde, desde hace quince años, funciona el Hotel Meliá Recoleta Plaza. 

En la puerta, una placa de bronce anuncia: "Este edificio de Buenos Aires, entonces denominado ‘Golden Residence’, fue la primera residencia de Evita Duarte de Perón en la calle Posadas entre 1942 y 1944".




 La tumba de Eva Perón en Recoleta, es un punto de peregrinación para sus seguidores.

 

 Producciones audiovisuales: 






Se han estrenado series, documentales y videos conmemorativos que difunden su vida y obra, como la serie Santa Evita protagonizada por Natalia Oreiro.

 Estos homenajes reflejan la perdurabilidad de Eva Perón como símbolo de lucha social, derechos de las mujeres y justicia social en Argentina, manteniendo su memoria activa en la cultura y política nacional.

 Título Honorífico

Post mortem, recibe el título honorífico de "Jefa Espiritual de la Nación" el 7 de mayo de 1952.

Escuelas Primarias y Secundarias

En su honor existen escuelas secundarias que llevan su nombre, 

La E.p.e.p N°435 María Eva Duarte De Perón es una escuela primaria ubicada en P3600 Formosa, Argentina, en la ciudad de Formosa, provincia de Formosa.


La ESCUELA DE EDUCACIÓN SECUNDARIA Nº5 MARIA EVA DUARTE DE PERON se encuentra ubicado en la jurisdicción de Buenos Aires, del departamento Florencio Varela y su localidad es Florencio Varela. Es un centro educativo estatal de Argentina perteneciente al ámbito urbano, tiene como modalidad a la educación común.


Escuela Técnica N° 2 “María Eva Duarte”- Dirección: Av. Reynalda Rodríguez 3850 (Circ. 1, Secc. 2, Manz. 1) Ciudad Evita.


LEGADO




El legado de Eva Perón perdura hoy en múltiples dimensiones, especialmente en la política social, los derechos civiles y la inclusión de las mujeres en Argentina.

Sufragio femenino: 

Eva fue clave para la sanción de la ley de voto femenino en 1947, que permitió a las mujeres argentinas votar y ser elegidas. 

En 1951, las mujeres ingresaron masivamente al Congreso, principalmente a través del Partido Peronista Femenino que ella fundó.

 

Políticas sociales y Fundación Eva Perón: 

Creó y dirigió la Fundación Eva Perón, que transformó la asistencia social en Argentina. 

La Fundación impulsó la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños, ancianos y madres solteras, y promovió la ayuda directa a los sectores más vulnerables, evitando la burocracia estatal tradicional. 

Su obra social llegó a todo el país y a más de 30 países, consolidando la justicia social como eje del peronismo.

 

Derechos laborales y sociales: 

Eva promovió derechos para trabajadores, mujeres y ancianos, incluyendo acceso a salud, educación, vivienda, trabajo digno, y protección social. 

Su compromiso con la igualdad y la dignidad humana marcó un cambio profundo en la sociedad argentina.

 

Símbolo de lucha y militancia: 

Más allá de las leyes y obras, Eva Perón se convirtió en un símbolo de esperanza, justicia social y militancia popular. 

Su figura inspira hasta hoy movimientos por la igualdad, la inclusión y la defensa de los derechos humanos en Argentina y América Latina.

 

Legado cultural e histórico: 

Su vida y obra son objeto de estudio, museos (como el Museo Evita), homenajes y producciones culturales que mantienen viva su memoria y enseñanzas para nuevas generaciones.

 En resumen, Eva Perón dejó un legado que transformó la política social argentina, abrió el camino para la participación política femenina y consolidó un modelo de justicia social que sigue vigente y moviliza a millones.

FUENTES

https://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Per%C3%B3n

https://www.infobae.com/sociedad/2025/05/07/la-infancia-de-eva-peron-la-muerte-de-su-padre-los-esfuerzos-de-su-madre

https://bibliomedicinadigital.fmed.uba.ar/medicina/cgi-bin/library.

https://www.argentina.gob.ar/noticias/eva-peron-104-anos-de-inmortalidad

https://kranear.com.ar/nota/la-historia-de-evita-iluminada_5937

https://www.laguiadebuenosaires.com/que-ver/museos/museo-evita-buenos-aires/

https://www.infobae.com/sociedad/2019/07/26/los-16-dias-de-funerales-de-evita-como-se-embalsamo-el-cuerpo-los-deseos-no-cumplidos-de-la-familia-duarte-y-el-llanto-de-peron/

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-

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