sábado, 28 de junio de 2025

28 DE JUNIO DE 1712 NACÍA JEAN -JACQUES ROUSSEAU

 

 Filósofo Rebelde de la Ilustración


Jean-Jacques Rousseau nació en Ginebra, Suiza el 28 del junio de 1712.

Jean-Jacques Rousseau, también conocido como Juan Jacobo Rousseau, fue un polímata suizo de habla francesa, y gracias a ello pudo establecer directo contacto con los más destacados personajes de la Ilustración de su tiempo.

Como buen personaje culto de su tiempo hizo prácticamente de todo: fue escritor, pedagogo, filósofo, músico, naturalista y botánico. Pese a que se le considera ilustrado sus opiniones van contracorriente con muchos supuestos de este movimiento.

Jean-Jacques Rousseau fue una de las mentes más importantes de la Ilustración y, pese a que no llegó a vivirlo, del Romanticismo. Aunque tuvo sus desavenencias con ciertos puntos de vista propiamente ilustrados no cabe duda que este filósofo suizo contribuyó significativamente durante el Siglo de las Luces

Opinó prácticamente de todo lo que era preocupación en su época: política, educación, progreso, igualdad entre hombres… quizá su forma de exponer su visión fuera un tanto controversial y le supusiera unos cuantos problemas con las autoridades de su tiempo pero, sin lugar a dudas, su forma de pensar sentaría las bases de una nueva sociedad.

Cuando Rousseau tenía 10 años (1722), su padre, relojero bastante culto, tuvo que exiliarse por una acusación infundada y su hijo quedó al cuidado de su tío Samuel, aunque ya había tomado de él un gran amor por la lectura y un sentimiento patriótico de admiración por el gobierno de la República de Ginebra que Jean-Jacques conservó toda su vida.

Con esta familia disfrutó de una educación que él consideraría ideal, calificando esta época como «la más feliz de su vida», y leyó a Bossuet, Fontenelle, La Bruyère, Molière y sobre todo a Plutarco, del cual interiorizó importantes nociones sobre la historia de la Roma republicana.

En sus Confesiones, escritas hacia el final de su vida, dirá que fue este autor su lectura predilecta.  También recomendará en su Émile la lectura del Robinson Crusoe de Daniel Defoe.

Junto con su primo, Rousseau fue enviado como pupilo a la casa del calvinista Lambercier durante dos años (1722-1724).

A su regreso en 1725, trabajó como aprendiz de relojero y, posteriormente, con un maestro grabador (aunque sin terminar su aprendizaje), con quienes desarrolló la suficiente experiencia para vivir de estos oficios ocasionalmente.

Sin apenas haber recibido la apropiada formación trabajó como aprendiz con un notario y con un grabador quien lo sometió a un trato tan cruel y brutal que el joven acabó por abandonar su ciudad natal en 1728 con dieciséis años.


 Baronesa de Warens

En su modesto exilio fue a parar a Annecy, Francia, consiguiendo la protección de la baronesa de Warens, mujer que le convenció de convertirse al catolicismo abandonando la doctrina calvinista de su familia.

Les Charmettes, Chambéry. Residencia de Jean-Jacques Rousseau de 1735 a1736.

Ya siendo su amante, Jean-Jacques Rousseau se instaló en la residencia de la baronesa en Chambéry iniciando ahí un intenso período de intensa formación autodidacta.

El año 1742 fue el que puso fin a una etapa que el propio Rousseau reconocería años después como la que fue la más feliz de su vida, y realmente la única.

Fue entonces cuando partió hacia París, lugar en el que tendría la oportunidad de frecuentar diversos salones nobiliarios y trabó amistad con grandes mentes de su época.

Se fue a la Academia de Ciencias en esa ciudad presentando un novedoso y original sistema de notación musical que él mismo había ideado aunque no logró mucha fama.

Marie Thérèse Levasseur

Se pasó entre 1743 y 1744 trabajando como secretario del embajador francés en Venecia, con quien acabaría teniendo una fuerte discusión y tendría que volverse a París al cabo de poco. En su vuelta a la capital francesa Jean-Jacques Rousseau iniciaría una relación con una modista inculta llamada Thérèse Levasseur con quien se acabaría casando en 1768 por lo civil tras haber tenido con ella cinco hijos bastardos que acabaría dando en hospicio.

Estando en París alcanza cierta fama y traba amistad con varios hombres ilustrados, siendo invitado a contribuir en la Enciclopedia de Jean le Rond D’Alembert y Denis Diderot con sus artículos sobre música. 

De hecho, el propio Diderot motivó a Rousseau para que participara en 1750 en un concurso convocado por la Academia de Dijon.


En esta convocatoria Rousseau sería el ganador, siendo galardonando con el primer premio por su texto “Discurso sobre las ciencias y las artes”.

En el escrito daba respuesta a la pregunta de si el restablecimiento de las ciencias y las artes estaba contribuyendo a depurar las costumbres, algo que él opinaba que no era así y que contribuían, de hecho, en la decadencia cultural.

En 1754 regresó a su natal Ginebra y retornó al protestantismo para readquirir sus derechos civiles como ciudadano.



Para él esto más que una reconversión a la fe de su familia o renuncia al catolicismo fue más bien un mero trámite legislativo. Será por esta época en la que publicará su “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”, que redactó para presentarlo en el concurso de la Academia de Dijon del 1755.

Aquí Rousseau expone su oposición a la concepción ilustrada del progreso considerando que los hombres, en su estado más natural, son por definición inocentes y felices. 

Sin embargo, a medida que la cultura y la civilización los van asimilando hacen que se impongan desigualdades entre ellos. Es especialmente a causa de la aparición de la propiedad y el incremento de las desigualdades que los seres humanos son infelices.

Madame d’Épinay en Montmorency


En el año 1756 se instaló en la residencia de su amiga Madame d’Épinay en Montmorency. Allí redactaría algunas de sus obras más importantes, entre ellas su “Carta a D'Alembert sobre los espectáculos” (1758), texto en el que condenó el teatro como fuente de inmoralidad.




También escribiría “Julia o la nueva Eloísa” (1761), una novela sentimental inspirada en su amor no correspondido con la cuñada de su anfitriona. De hecho, sería esta pasión la que haría que acabara discutiendo con Madame d’Épinay.



Uno de los trabajos más importantes de esta época y, seguramente, el considerado el más importante de toda su vida es “El contrato social” de 1762, un texto que es considerado la inspiración de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Básicamente en este texto sostiene que los seres humanos deben ser escuchados en cuanto a sus deseos de cómo quieren ser gobernados y tratados y que el Estado debe garantizar sus derechos y obligaciones por medio de leyes que emanen de la voluntad popular.



Por último en esta época también saldría a la luz una obra de especial importancia pedagógica “Emilio o De la educación” (1762).

Se trata de una novela pedagógica que, aunque muy reveladora, su parte religiosa despertó mucha controversia.

De hecho las autoridades parisinas la condenaron fuertemente, haciendo que Rousseau tuviera que irse a Neuchâtel y ni aun así se salvó de las críticas de las autoridades locales.

Presionado por todo esto Rousseau aceptó en 1766 la invitación de su supuesto amigo David Hume para refugiarse en Inglaterra.

Se volvería al año siguiente, convencido de que su anfitrión lo había acogido simplemente para difamarlo.

Es a partir de ese entonces que Rousseau cambió de residencia sin cesar, acosado por una manía persecutoria que lo llevó finalmente a volver a la capital francesa en 1770, lugar en que pasaría los últimos años de su vida y en donde redactaría sus escritos autobiográficos, “Confesiones” (1765-1770).

La muerte lo sorprendió meditando en la soledad de los jardines de Ermenonville, donde había sido invitado por el marqués de Girardin.

Tumba de Rousseau

Falleció el 2 de julio de 1778 a causa de un paro cardíaco, tras haberse pasado su última década en constante tensión con sus antiguos colegas los enciclopedistas y siendo bastante impopular, pese a que con el paso del tiempo se volvería en una figura crucial para el amanecer del Nuevo Régimen.


HOMENAJES 

Jean-Jacques Rousseau ha recibido múltiples homenajes a lo largo de los siglos, tanto en Europa como en América, para mantener vivo su legado como filósofo, escritor y pensador clave de la modernidad.

 

Exposiciones y celebraciones oficiales

 En 2012, con motivo del tricentenario de su nacimiento, la Asamblea Nacional francesa organizó la exposición Rousseau et la Révolution en París, mostrando manuscritos originales, grabados, óleos y caricaturas, y resaltando su influencia en la Revolución Francesa y la ciudadanía moderna.

 

En Buenos Aires, la Academia Nacional de Ciencias organizó un seminario especial el 29 de agosto de 2012 para conmemorar el tercer centenario de su natalicio, con la participación de destacados especialistas en filosofía y literatura francesa.

 

En Ecuador, la Universidad Central celebró el 250 aniversario de su nacimiento con actos académicos y conferencias dedicadas a su figura y pensamiento.

 

Monumentos y lugares emblemáticos

 




Rousseau cuenta con un busto conmemorativo en la Plaza de Salesas de Madrid, donde se recuerda su aporte a la filosofía y la política moderna.




En Ginebra, su ciudad natal, existe una estatua de bronce en la Île Rousseau, un pequeño islote en el centro de la ciudad que lleva su nombre.

Este lugar es un punto de referencia para locales y visitantes, y la estatua lo muestra en actitud reflexiva, subrayando su papel como pensador.



La casa donde nació en Ginebra, en el número 40 de la Grand-Rue, está señalizada y constituye un sitio histórico para quienes desean conocer sus orígenes.


Les Charmettes, Chambéry. Residencia de Jean-Jacques Rousseau de 1735 a1736. En la actualidad convertida en museo dedicado a Rousseau.


En Chambéry, la casa de Les Charmettes, donde vivió con Françoise-Louise de Warens, se ha convertido en un museo dedicado a su memoria.

 

Reconocimientos póstumos

 




En 1794, Rousseau fue enterrado como héroe nacional en el Panteón de París, junto a Voltaire, lo que simboliza su importancia en la historia intelectual y política de Francia.

 

Placas y conmemoraciones



En 1912, Ginebra instaló una placa conmemorativa por el bicentenario de su nacimiento, representando una escena de su infancia y el lema "Jean-Jacques aime ton pays" ("Jean-Jacques ama tu país").

 Sellos postales





Difusión de su pensamiento

 Sus frases y obras siguen siendo citadas y estudiadas en todo el mundo, y cada aniversario relevante suele motivar publicaciones, debates y jornadas académicas que exploran su influencia en la educación, la política y la filosofía.

Los homenajes a Rousseau abarcan desde exposiciones y seminarios hasta monumentos, museos y reconocimientos oficiales, asegurando que su recuerdo y sus ideas sigan presentes en la cultura contemporánea.


Legado


Influencia en la filosofía política

 Rousseau revolucionó el pensamiento político con su obra El contrato social, donde introdujo el concepto de la voluntad general y la soberanía popular.

Defendió que el poder legítimo reside en el pueblo y que la verdadera libertad solo se alcanza cuando los ciudadanos se asocian bajo leyes que ellos mismos han creado.

Sus ideas sentaron las bases de los sistemas democráticos modernos y fueron cruciales para la Revolución Francesa, que adoptó los principios de igualdad, libertad y fraternidad.

 

Crítica a la civilización y la sociedad

 Fue uno de los primeros en cuestionar el progreso y la civilización, argumentando que la sociedad y la propiedad privada son fuentes de desigualdad y corrupción.

En sus discursos sobre la desigualdad y las ciencias, defendió que el ser humano es bueno por naturaleza y que es la sociedad la que lo corrompe, anticipando el pensamiento romántico y comunitarista.

 

Aportes a la pedagogía

 Rousseau transformó la educación al proponer una pedagogía centrada en el desarrollo natural del niño, el aprendizaje por experiencia y el respeto por las etapas evolutivas.

 Su obra Emilio, o De la educación sigue siendo un referente en la educación moderna, defendiendo la autonomía y la formación moral y emocional de los niños.

 

Impulso de valores éticos y comunitarios

 Promovió la importancia de la vida en comunidad, la igualdad y la libertad como valores supremos. Criticó el individualismo y defendió el cultivo de virtudes personales y el respeto a las leyes como camino hacia sociedades más justas.

 

Influencia en la religión y el pensamiento deísta

Rousseau defendió el deísmo, proponiendo una vivencia religiosa basada en la razón y la experiencia personal, en contraposición a los dogmas religiosos tradicionales.

 

Impacto duradero

 Su legado es complejo y ambivalente, pero su influencia se extiende hasta hoy en la filosofía, la política, la pedagogía y la ética, inspirando movimientos democráticos, educativos y comunitarios en todo el mundo


FUENTES

https://uruguayeduca.anep.edu.uy/efemerides/1009

https://psicologiaymente.com/biografias/jean-jacques-rousseau

https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/1252/Jean-Jacques%20Rousseau

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rousseau_jeanjacques.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Jacques_Rousseau

https://www.alejandradeargos.com/index.php/es/completas/42-filosofos/41993-jean-jacques-rousseau-biografia-

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