Entre la Ciencia y la
Literatura
Ernesto Sábato fue un destacado escritor argentino nacido el 24 de junio de 1911 en Rojas, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Fue reconocido tanto por su obra literaria como por
su activismo social y político.
Hijo de Francesco María Sabato y Giovannina Ferraro, inmigrantes italianos procedentes de Calabria.
El padre era de Fuscaldo y la madre de San Martino di Finita, comunidad de origen arbëreshë (albaneses de Italia).
Su familia pertenecía a la clase media y el propio Sabato la definió como «clásica y jerárquica». Sobre ellos declaró a uno de sus biógrafos: «Mi padre era severísimo y yo le tenía terror, mi madre me escondía debajo de la cama matrimonial para evitarme un castigo».
Fotografía: Juana
María Ferrari (madre de Ernesto), Juan (derecha), Ernesto (izquierda), Arturo
(vestido de marinero) y Jorge Alberto (sentado). De la nota "La pasión
según los Sabato", de Alejandra Correa, en Todo es historia, diciembre
1992.
Así lo recuerda el escritor-“Me llamo Ernesto, porque cuando nací, el 24 de junio de 1911, día del nacimiento de san Juan Bautista, acababa de morir el otro Ernesto, al que, aun en su vejez, mi madre siguió llamando Ernestito, porque murió siendo una criatura.
"Aquel niño no era para este
mundo", decía. Creo que nunca la vi llorar -tan estoica y valiente fue a
lo largo de su vida-, pero, seguramente, lo haya hecho a solas. Y tenía noventa
años cuando mencionó, por última vez, con sus ojos humedecidos, al remoto
Ernestito. Lo que prueba que los años, las desdichas, las desilusiones, lejos
de facilitar el olvido, como se suele creer, tristemente lo refuerzan.
Aquel nombre, aquella tumba,
siempre tuvieron para mí algo de nocturno, y tal vez haya sido la causa de mi
existencia tan dificultosa, al haber sido marcado por esa tragedia, ya que
entonces estaba en el vientre de mi madre; y motivó, quizá, los misteriosísimos
pavores que sufrí de chico, las alucinaciones en las que de pronto alguien se
me aproximaba con una linterna, un hombre a quien me era imposible evitar,
aunque me escondiera temblando debajo de las cobijas.
O aquella otra pesadilla en la
que me sentía solo en una cósmica bóveda, tiritando ante algo o alguien -no lo
puedo precisar- que vagamente me recordaba a mi padre.
Durante mucho tiempo padecí
sonambulismo. Yo me levantaba desde el último cuarto donde dormíamos con
Arturo, mi hermano menor, y, sin tropezar jamás ni despertarme, iba hasta el
dormitorio de mis padres, hablaba con mamá y luego volvía a mi cuarto. Me
acostaba sin saber nada de lo que había pasado, sin la menor conciencia. De
modo que cuando a la mañana ella me decía, con tristeza -¡tanto sufrió por
mí!-, con voz apenas audible: "Anoche te levantaste y me pediste
agua", yo sentía un extraño temblor. Ella temía ese sonambulismo, me lo
dijo muchos años más tarde, cuando me enviaron a La Plata para hacer los
estudios secundarios, y ya ella no estuvo para protegerme. Pobre mamá, no comprendía,
ni yo tampoco en aquel entonces, que ese tormento en gran parte era el
resultado de la convivencia espartana, regida por mi padre.”
En 1924 egresó de la escuela primaria de Rojas y viajó a La Plata donde cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata, donde conoció al profesor Pedro Henríquez Ureña, a quien luego citaría como inspiración para su carrera literaria, y a Ezequiel Martínez Estrada.
En 1929 ingresó a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata.
Matilde Kusminsky Richter
Ernesto Sábato se casó con
Matilde Kusminsky Richter, conocida como Matilde Sábato, en el año 1936.
Matilde fue una figura importante en la vida de Sábato, brindándole apoyo y
estabilidad a lo largo de su carrera como escritor y activista.
Sábato estudió Física en la Universidad Nacional de La Plata, donde se graduó en 1937.
Durante sus años de estudiante, comenzó a interesarse por la literatura y la filosofía, influido por autores como Dostoievski, Kafka y Nietzsche.
Desde la década del 40 Sábato
escribió casi toda su obra en esa vivienda sencilla y llena de naturaleza
ubicada en el partido de Tres de Febrero, que lo albergó junto a su esposa
Matilde, a sus hijos Mario y Jorge Federico (fallecido en 1995), además de sus
nietos.
"El túnel" es la primera novela de Ernesto Sábato, publicada en 1948, y es considerada un clásico de la literatura argentina y latinoamericana.
La obra es un estudio
psicológico profundo sobre la obsesión, la incomunicación y la locura, narrada
en primera persona por su protagonista y narrador, Juan Pablo Castel, un pintor
que relata desde la cárcel los motivos que lo llevaron a asesinar a María
Iribarne, su amante.
Se obsesiona con ella, creyendo que es la única capaz de entenderlo. Sin embargo, la relación está marcada por la incomunicación y los celos, especialmente cuando Castel descubre que María está casada con Allende, un hombre ciego, y que pasa tiempo en una estancia con Hunter, primo de Allende.
La obsesión y la paranoia de Castel crecen hasta que, convencido de que María le es infiel y que él es solo una pieza más en su vida, decide asesinarla.
El clímax ocurre cuando, tras esconderse en la estancia, entra a la habitación de María y la apuñala repetidamente.
Luego se entrega a la policía y reflexiona sobre su aislamiento existencial, comparando su vida con un túnel oscuro donde está solo y desconectado del mundo.
El tono es sombrío y existencialista, con una narrativa que profundiza en los abismos del alma humana y en la desesperación de un individuo que se siente incomprendido y atrapado en su propio mundo.
En resumen, "El túnel"
es una novela psicológica y existencialista que examina la obsesión y la
alienación a través de la historia trágica de Juan Pablo Castel y su relación
con María Iribarne, culminando en un acto de violencia que refleja la
desesperación y la incomunicación humanas.
En 1948, Ernesto Sábato abandonó
su prometedora carrera científica para dedicarse por completo a la literatura y
a la crítica social y política.
El abandono de la carrera científica fue un punto de inflexión que le permitió desarrollar una obra literaria y crítica de gran profundidad filosófica y social, convirtiéndose en uno de los escritores más importantes de Argentina y en una voz ética frente a las problemáticas de su tiempo.
"Sobre héroes y
tumbas", publicada en 1961 por Ernesto Sábato, es considerada una de las
mejores novelas argentinas del siglo XX y una obra cumbre de la literatura en
español. La novela narra la historia de Martín, un joven melancólico y abúlico,
hijo de un pintor fracasado y una madre distante, quien busca su identidad y
sentido en un mundo fragmentado.
La novela aborda temas existenciales profundos como la soledad, la angustia, la búsqueda del sentido de la vida y la crisis del hombre moderno, influenciada por el existencialismo y la vanguardia literaria de la época. Se destaca la tensión entre la historia personal y la historia colectiva, mostrando cómo los personajes intentan comprender su presente a través del pasado histórico argentino, marcado por conflictos y desencuentros.
Un dato curioso es que Sábato estuvo a punto de destruir la novela, pero fue salvada por la insistencia de su esposa Matilde, quien lo convenció de publicarla.
"Sobre héroes y tumbas" es una obra que explora la decadencia personal y social, la historia trágica de Argentina y la búsqueda existencial de sus personajes, con un enfoque literario que mezcla realidad, historia y ficción para reflejar la complejidad de la condición humana y nacional.
"Abaddón el
exterminador" es la tercera y última novela publicada en 1974. Esta obra
cierra una trilogía temática junto con sus novelas anteriores, especialmente
vinculada a "Sobre héroes y tumbas", cuya lectura se considera casi
imprescindible para comprenderla plenamente.
La novela se caracteriza por una
estructura narrativa fragmentaria y experimental, que mezcla sucesos
autobiográficos tanto reales como ficticios.
En ella, Sábato se introduce como
un personaje más, en un acto de autoficción donde el autor y su obra se
entrelazan de manera compleja.
El argumento tiene un marcado
tono apocalíptico y aborda temas oscuros y profundos relacionados con la
historia argentina de la década de 1970, incluyendo la violencia política y las
desapariciones forzadas, así como tragedias mundiales del siglo XX como la
Segunda Guerra Mundial, Hiroshima y la Guerra de Vietnam.
La novela refleja la
desesperanza, el fin del mundo y el reino de las pesadillas, explorando la
tortura, el hastío existencial, el vacío y la búsqueda de un ideal que nunca
llega.
Temáticamente, la obra profundiza
en la lucha entre la luz y las tinieblas, la verdad y la maldad, y el destino
trágico de sus personajes, quienes intentan huir de un pasado o destino inexorable.
También se destaca la crítica al
predominio de la técnica y la ciencia que deshumanizan al ser humano.
En cuanto a su estilo,
"Abaddón el exterminador" combina relatos paralelos, análisis
filosóficos, hipótesis y crítica literaria, con personajes que reaparecen de la
novela anterior, creando un universo oscuro y complejo.
La novela es considerada una de las
experiencias autoficticias más singulares del género, donde Sábato elimina
cualquier promesa de verdad absoluta, planteando una narrativa que desafía las
convenciones autobiográficas tradicionales.
"Abaddón el
exterminador" es una obra densa, filosófica y apocalíptica que reflexiona
sobre la condición humana, la historia trágica de Argentina y el mundo, y la
lucha interna del individuo frente al mal y la desesperanza, todo ello a través
de una narrativa fragmentaria y experimental que mezcla realidad y ficción
Sábato y Borges- Fotografías: Eduardo Forte/Juan José Pérez
Además de su obra literaria, Sábato tuvo una destacada participación en la vida pública argentina.
Sábato entrega a Alfonsín el informe de la CONADEP (1984)
En la década de 1980, fue miembro de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), donde investigó y denunció las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar en Argentina (1976-1983).
Esta experiencia marcó profundamente su compromiso con la defensa
de los derechos humanos y la justicia social.
La pintura fue otra de las pasiones de Sábato
Premio Cervantes
A lo largo de su carrera, Ernesto Sábato recibió numerosos premios y reconocimientos internacionales, como el Premio Cervantes en 1984.
Le otorgaron el Premio Jerusalén en 1986.
BUENOS AIRES
(Argentina). Fotografía familiar del escritor argentino Ernesto Sábato junto a
su familia en Buenos Aires. (EFE/MARIO SÁBATO)
Su obra literaria, caracterizada por una profunda introspección psicológica y una aguda crítica social, ha dejado una huella indeleble en la literatura contemporánea.
Familiares y amigos del escritor argentino Ernesto Sábato , despiden sus restos en el cementerio Jardín de Paz, de Pilar. | Efe
Ernesto Sábato falleció el 30 de abril de 2011, en Santos Lugares, provincia de Buenos Aires, a los 99 años de edad, dejando un legado literario y humanístico que continúa siendo relevante y admirado en todo el mundo.
HOMENAJES
Como homenaje, el
Ministerio de Cultura porteño colocó una gran foto del escritor, reproducida
sobre una tela de 88 metros de ancho por 34 metros de alto, sobre la fachada
del Edificio Del Plata en Cerrito 211.
Biblioteca
La residencia de Sábato, donde vivió durante sesenta años, desde 1945 hasta su muerte el 30 de abril de 2011, en las afueras del capital del país, Buenos Aires fue remodelada para posteriormente ser convertida en un museo, que tuvo su inauguración en 2012.
El 19 de septiembre de 2014, después de tres años de demoras por falta de fondos, la familia Sabato finalmente reabrió la casa del escritor como un «museo vivo» dedicado a recordar su vida y su obra. Las visitas son los sábados a las 15 horas, y están a cargo de los nietos del escritor y del mismo Sabato, que aparece en pantallas colocadas en las distintas habitaciones relatando anécdotas y describiendo a cada una.
En 2016, el Concejo Deliberante
de Tres de Febrero aprobó el cambio de nominación de la calle Saverio Langeri,
donde se ubica la casa museo, por el de Ernesto Sabato.
Argentina 2021: Homenaje a
Ernesto Sábato
Viñetas: Retrato de Ernesto
Sabato en la estación Santos Lugares, barrio del conurbano bonaerense donde
Sabato residió y desde el cual desarrolló toda su carrera de escritor.
El legado literario de Ernesto
Sábato es profundo y multifacético, consolidándolo como una de las figuras más
influyentes y emblemáticas de la literatura argentina y latinoamericana del
siglo XX.
Aportes Literarios y Temáticos
Sábato escribió solo tres novelas —El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador— que, pese a su escasa cantidad, son consideradas obras maestras por su exploración profunda de la condición humana, la psicología y la angustia existencial.
Su narrativa
introspectiva, cargada de simbolismo y con una fuerte influencia
existencialista, disecciona la complejidad de la psique humana y la eterna
búsqueda de sentido.
Su estilo innovador, que combina fragmentación, autoficción, y un fuerte componente filosófico, marcó un quiebre en la literatura argentina, aportando una voz única que mezcla realidad, historia y ficción para reflejar la crisis moral y social del hombre moderno.
Impacto Social y Cultural
Fue una voz crítica y moral en la
sociedad argentina, especialmente durante períodos de dictadura y violencia
política, denunciando la opresión y defendiendo los derechos humanos, lo que le
otorgó un papel de conciencia ética en la nación.
Reconocimientos y Vigencia
A más de una década de su
fallecimiento, su obra sigue siendo leída, estudiada y valorada, manteniendo
una vigencia que invita a la reflexión sobre la condición humana y los dilemas
de la modernidad.
Ernesto Sábato dejó un legado literario que combina profundidad filosófica, innovación narrativa y compromiso ético, constituyéndose en un referente indispensable para la literatura argentina y una voz que enseña a no perder la esperanza frente a la adversidad.
FUENTES
https://www.planetadelibros.com.uy/autor/ernesto-sabato/000001219
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/sabato.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Ernesto_Sabato
https://tv.buap.mx/news/954590
https://biografiasmariacristinafaleroni.blogspot.com/2013/12/ernesto-sabato.html
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