El Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión se conmemora cada 4 de junio desde 1983.
Fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1982, como respuesta a la conmoción internacional por el gran número de niños palestinos y libaneses víctimas de la violencia durante la Guerra del Líbano de ese año.
La
fecha fue elegida en el marco de una sesión especial de emergencia sobre la
cuestión de Palestina, reflejando la urgencia de proteger a los menores en
contextos de conflicto armado.
Propósito y alcance
El objetivo de este día es reconocer el dolor y sufrimiento de los niños en todo el mundo que son víctimas de maltratos físicos, mentales y emocionales, especialmente en situaciones de guerra y conflictos armados.
Busca crear conciencia sobre la gravedad de estas agresiones y reafirmar el compromiso internacional de proteger los derechos de la infancia, sin importar el lugar ni las circunstancias.
Actualmente, más de 250 millones de niños viven en países afectados por conflictos, expuestos a riesgos como violencia extrema, desplazamiento forzado, reclutamiento como soldados, explotación y pérdida de sus derechos fundamentales.
En los últimos diez años,
más de un millón de niños han muerto a causa de guerras, y muchos más han
quedado heridos, discapacitados, o sufren traumas emocionales de por vida.
Niños y niñas, blanco de los
ataques
Cada día, los niños que viven
en guerras en todo el mundo se enfrentan a horrores indescriptibles.
No están a salvo mientras
duermen en sus casas o juegan al aire libre, estudian en la escuela o buscan
atención médica en los hospitales.
Desde asesinatos y
mutilaciones, secuestros y violencia sexual hasta ataques a centros educativos
y sanitarios, pasando por la denegación de la ayuda humanitaria que necesitan
desesperadamente, los niños se ven atrapados en el punto de mira de las partes
en conflicto a una magnitud asombrosa.
Datos
alarmantes
El Informe anual del
Secretario General de las Naciones Unidas sobre los niños y los conflictos
armados destacó que solo en 2023:
- 11.649 niños fueron asesinados o sufrieron mutilaciones
- En la mayoría de los casos, las muertes y mutilaciones de niños fueron causadas por el uso de artefactos explosivos, incluidas armas explosivas y restos de explosivos de guerra, artefactos explosivos improvisados y minas terrestres, incluso en zonas pobladas.
- 8.655 niños fueron reclutados o utilizados, y 4.356 fueron secuestrados
- Los números más elevados se registraron en la República Democrática del Congo, Somalia y Nigeria. Casi el 30% de las víctimas eran niñas. Factores como el sexo, la edad, la discapacidad, el origen étnico, la religión, la ubicación geopolítica y la situación económica determinan principalmente el riesgo de que un niño sea reclutado, la forma en que es explotado y las violaciones que sufre.
- 1.470 niños fueron víctimas de violencia sexual
- La violencia sexual en los conflictos es la violación grave menos denunciada, tanto en el caso de las niñas como en el de los niños, debido al estigma y a la falta de protección jurídica. El 90 % de la violencia sexual se perpetró contra niñas, que se encuentran desproporcionadamente afectadas por la violencia sexual y el matrimonio forzoso, aunque también aumentaron los incidentes de violencia sexual contra varones.
- 5.205 incidentes de denegación al acceso humanitario
- De 2022 a 2023, la denegación de acceso humanitario, que a menudo coincide con una escalada de otras violaciones graves, aumentó en más de un 32 por ciento .
- Para 2024, se prevé que la denegación de acceso humanitario se deteriore en varios contextos, dada la adopción de normativas restrictivas que aumentan el control sobre las organizaciones y el personal de ayuda humanitaria, especialmente en Afganistán, Myanmar y Sudán.
- 1.650 incidentes en escuelas y hospitales
- Desde el año 2021, cuando se adoptó la Resolución 2601 del Consejo de Seguridad, hasta el 2023, los ataques contra escuelas aumentaron casi un 60 por ciento.
- Los ataques contra escuelas de niñas y el secuestro de niñas en la escuela o de camino a ella han tenido como objetivo frecuente la educación de las niñas debido a normas de género nocivas.
Fuente: Informe anual del
Secretario General sobre los niños y los conflictos armados
Poner fin y prevenir las
violaciones graves contra los niños es fundamental para el mandato sobre los
niños y los conflictos armados. La forma más eficaz de proteger a la infancia
de las hostilidades es eliminar los factores de atracción y expulsión que
conducen a su participación en los conflictos armados.
Estamos sentadas en el suelo
de una habitación oscura con su pie protésico a la vista
Exhibición de fotografía: De la
desesperación a la esperanza: niñez tras los conflictos armados
Weam, 16 años, Gaza:Weam
resultó herida cuando caminaba por delante de su casa.
Ella, su padre y sus tres primos fueron blanco
de un cohete teledirigido antipersona, que estalló en miles de pequeños cubos
metálicos.
"Simplemente, no podía aceptar el hecho
de que había perdido mi extremidad.”
Compromisos y acciones
Unos
niños haciendo manualidades con las trabajadoras de un centro de refugiados en
Chișinău (Moldavia). El centro cuenta con servicios como educación, asistencia
jurídica y médica.
Foto:Foto:
ONU/Mark Garten
El Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión también impulsa campañas y acciones para prevenir violaciones graves contra la infancia.
Por ejemplo, la ONU ha lanzado iniciativas como “Actúa para proteger”, que busca movilizar a la comunidad internacional para actuar y proteger a los menores afectados por la guerra.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la meta 16.2 exige poner fin a todas las formas de violencia contra los niños, incluyendo el maltrato, la explotación, la trata y la tortura.
Este compromiso se traduce en leyes, políticas y programas de protección en muchos países.
Reflexión actual
La violencia contra los niños no solo ocurre en zonas de conflicto, sino también en hogares, escuelas, comunidades e incluso en entornos digitales. La pandemia de COVID-19, por ejemplo, incrementó los casos de violencia doméstica y emocional hacia menores.
Por eso, la protección de la infancia es una responsabilidad compartida por
gobiernos, instituciones, familias y la sociedad en general.
“Los niños necesitan paz y protección en todo momento. Las reglas de la guerra prohíben la captura ilegal de civiles, los ataques a escuelas u hospitales, el uso, el reclutamiento y la detención ilegal de niños y la denegación de asistencia humanitaria. Cuando surgen conflictos, estas reglas deben ser respetadas y quienes las incumplen deben rendir cuentas. Ya basta. Hay que poner fin a los ataques contra los niños.”
— Henrietta H. Fore, Directora
Ejecutiva de UNICEF
UNICEF refiere “las niñas y
los niños tienen derechos; derecho a que se les oiga, derecho a la expresión,
derecho a que se les dé una buena educación. Derecho a la vida, derecho a que
los quieran, a tener un nombre y a que no los agredan, a tener salud y a crecer
en armonía, a tener una familia y vivir con alegría. Derecho a jugar y a estar
bien informados, derecho a ser libres y estar alimentados. Las niñas y los
niños tienen derecho a no ser maltratados”.
La proclama del 4 de junio como el día de los niños víctimas
inocentes de agresión por la Asamblea General de las
Naciones Unidas fue concebida para la protección de los
niños en
situaciones de guerra y conflictos.
Uruguay enfrenta un desafío
importante en la protección de la infancia frente a múltiples formas de
violencia, con un aumento sostenido en los casos detectados y la mayoría de las
agresiones ocurriendo dentro del núcleo familiar.
En Uruguay, la situación de violencia hacia niños, niñas y adolescentes es grave y en aumento. Según el informe del Sistema Integrado de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav), durante 2024 se registraron 8.924 situaciones de violencia, lo que equivale a un promedio de 24 casos diarios.
De esos casos, 2.501 fueron situaciones nuevas detectadas a lo largo del año.
El 90% de las agresiones ocurren en el ámbito familiar, siendo los padres responsables del 38% y las madres del 23% de los casos.
Las formas de violencia más frecuentes son el maltrato emocional (38%), la negligencia (23%), la violencia sexual (22%) y el maltrato físico (17%).
Casi ocho de cada diez casos de violencia sexual afectan a niñas y adolescentes mujeres, concentrándose la mitad en adolescentes de 13 a 17 años, que es también el grupo etario con mayor incidencia general (38%).
Además, en 2024 hubo cuatro muertes infantiles por violencia vicaria, que ocurre cuando se daña a un hijo para afectar a la madre.
El informe vincula la violencia con la pobreza estructural y destaca la necesidad de acciones integrales de prevención y reparación del daño.
Las autoridades uruguayas reconocen la gravedad del problema y la necesidad de fortalecer los equipos de atención y reparación en todo el país.
ORGANISMOS
Coordinado por el Instituto
del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), SIPIAV está integrado por el
Ministerio de Desarrollo social (MIDES), el Ministerio de Salud Pública (MSP),
la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) el Ministerio del
Interior, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), y la Fiscalía
General de la Nación, con el apoyo de UNICEF.
CONCLUSIÓN
El maltrato y abuso sexual contra niños, niñas y
adolescentes representa una violación a los derechos humanos fundamentales.
Trasciende la intimidad o privacidad del ámbito familiar y se constituye en un
asunto social, público y por ende en una responsabilidad colectiva. Para
denunciar situaciones de violencia, existe el servicio Línea Azul (24hs): 0800
5050.
https://www.un.org/es/observances/international-days-and-weeks
https://www.cipdh.gob.ar/dia-internacional-de-los-ninos-victimas-inocentes-de-agresion/
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