Javier Villafañe nació en el barrio de Almagro, Buenos Aires el 24 de junio de 1909. Fue poeta, escritor y desde muy pequeño, titiritero.
Desde niño disfrutaba como oyente de la narración de historias , de los clásicos narrados por su madre, o populares contados por una empleada española. También amaba la poesía callejera, y se maravillaba con el mundo de los títeres.
Hubo personajes como el clown norteamericano Frank Brown, o como el titiritero Dante S. Verzura, que impresionaron y estimularon su imaginación que se mostraba como un gran soñador.
No fue un alumno destacado en su paso por primaria y secundaria, ya que sus intereses estaban dirigidos a las artes. En su juventud fue un ávido lector, asistía fascinado a espectáculos de títeres y marionetas en el barrio de La Boca realizados por artistas de origen italiano como Bastián de Terranova, Carolina Ligotti y Vito Cantone.
Mantuvo amistad con personajes de la talla de Enrique Wernicke, José Luis Lanuza y Juan Pedro Ramos. Este último se convertirá en su primer compañero de viajes y andanzas.
Luego de cumplido el servicio militar obligatorio, donde escribe sus primeras obras literarias ,como Don Juan Farolero, publicado en 1936.
En el año 1933, a los 24 años siendo empleado de Obras Sanitarias de la Nación, ocurre un hecho determinante para su vida que Pablo Medina, su amigo, cuenta en "Javier Villafañe. Antología". Obra y Recopilaciones (Sudamericana, 1990).
Dijo Javier Villafañe - “Un día estábamos en el balcón de la casa de mi hermano, Oscar, en la calle Azcuénaga, con Juan Pedro Ramos, el poeta y amigo, y pasó un carro conducido por un viejo, y sobre el heno que llevaba iba un muchacho mirando el cielo mientras masticaba un pastito largo y amarillo.
Esta escena despertó en ellos el ideal de libertad, por la voluntad artística y la celebración de la vida, ambos amigos dan origen a “La Andariega”, aquella mítica carreta devenida hogar y teatro de títeres ambulante.
Javier Villafañe fue
reconocido a lo largo de toda su carrera con numerosos premios y distinciones,
reflejando la importancia de su aporte a la literatura y el teatro de títeres
en Argentina y América Latina.
Su primer galardón lo obtuvo
en 1934, cuando recibió el Premio Municipal de Poesía otorgado por la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, un reconocimiento que marcó el
inicio de su trayectoria pública y literaria.
Este premio fue fundamental
para visibilizar su trabajo y consolidar su vocación artística, permitiéndole
continuar y profundizar su labor creativa en los años siguientes.
En 1943 escribe la obra "Títeres" .
Su libro Don Juan el Zorro fue
censurado en 1967, lo que lo llevó al exilio en Venezuela, donde fundó talleres
de títeres y continuó escribiendo y recopilando cuentos populares.
En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente: con un teatro ambulante recorrió el camino de Don Quijote a través de La Mancha, en España.
En el año 1983 escribe la obra "Maese Trotamundos por el camino de Don Quijote".
Fue autor, entre muchos otros libros, de , Historias de pájaros (Emecé), Circulen, caballeros, circulen (Hachette), Cuentos y títeres (Colihue), El caballo celoso (Espasa-Calpe), El hombre que quería adivinarle la edad al diablo (Sudamericana), y Maese Trotamundos por el camino de Don Quijote (Seix Barral).
En 1991, Javier Villafañe
recibió una mención extraordinaria por su aporte a la literatura infantil
argentina, otorgada por la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la
Argentina (ALIJA).
Este reconocimiento destacó su
trayectoria dedicada a la creación literaria para niños, así como su labor como
titiritero y difusor de la cultura popular a través de sus cuentos, poesías y
obras teatrales para público infantil.
La mención subrayó la
importancia de su obra en la formación de lectores infantiles y en la promoción
de la literatura infantil en Argentina, reconociendo su compromiso con la
transmisión de valores, la imaginación y la creatividad en las nuevas
generaciones.
Este galardón fue uno de los
últimos que recibió en vida, consolidando su legado como una figura fundamental
en la literatura y el teatro para niños en el país.
Su legado sigue vivo en la
literatura escolar, en el teatro de títeres argentino y latinoamericano, y en
la inspiración de artistas como Ariel Bufano y Adriana Sobrero.
El 1 de abril de 1996, a los 86 años, falleció en Buenos Aires.
Legado
Villafañe fue pionero en
transformar el teatro de títeres en un arte literario, dotándolo de profundidad
poética, humor y crítica social.
Obras como Los sueños
del sapo y La calle de los fantasmas son hoy clásicos tanto para niños
como para adultos.
Su personaje Maese
Trotamundos, creado en 1935, se convirtió en símbolo de libertad y en su alter
ego, llevando historias y fantasía a plazas y pueblos de toda América Latina.
Obra literaria y poética
Publicó decenas de libros que
abarcan cuentos, memorias (La maleta), poesía y recopilación de relatos
populares.
Entre sus títulos destacados
se encuentran Historias de pájaros, Cuentos y títeres, El hombre que quería
adivinarle la edad al diablo, Atá el hilo y comenzá de nuevo, Los ancianos y
las apuestas y Historia cuento poema.
Su poesía, tanto para niños
como para adultos, se caracteriza por el tono lúdico y la profundidad
existencial, como se aprecia en el poemario póstumo Hay que regar antes que
llueva.
Su labor pedagógica incluyó la
formación de nuevas generaciones de titiriteros y escritores, y su influencia
se percibe en el teatro comunitario y en festivales que llevan su espíritu.
Villafañe sostenía que “los
títeres son del pueblo” y defendía la idea de que el arte debía ser accesible y
estar al servicio de la gente, no encerrado en espacios elitistas.
Para él, los títeres eran
“poesía que se ve, música que se calla y cuento que se mueve”.
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24 DE JUNIO NACÍA JAVIER VILLAFAÑE
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