Rabindranath
Tagore desarrolló en su pintura un lenguaje visual que fusiona elementos de la
tradición oriental con influencias del modernismo occidental, como el
expresionismo y el surrealismo.
Estos
elementos contribuyen a resaltar su lenguaje visual moderno y singular.
Elementos
expresionistas:
Uso de
líneas y formas libres, gestuales y a menudo distorsionadas para expresar
emociones internas más que la representación objetiva de la realidad.
Predominio
de una paleta de colores intensos y contrastantes que transmiten estados de
ánimo y sentimientos profundos, en línea con el expresionismo alemán.
Enfoque
en la subjetividad y la experiencia individual, buscando una comunicación
directa y emocional con el espectador, alejándose del realismo académico
tradicional.
Elementos
surrealistas:
Exploración
de imágenes oníricas y fantásticas que trascienden la lógica racional,
reflejando un mundo interior lleno de símbolos y metáforas visuales.
Uso de formas orgánicas, máscaras y figuras enigmáticas que sugieren realidades paralelas o estados de conciencia alterados, características propias del surrealismo.
La libertad creativa y la experimentación con tinta y otros materiales que Tagore practicó en la década de 1930 muestran una afinidad con las técnicas y el espíritu del surrealismo, buscando la expresión del inconsciente.
Este diálogo entre expresionismo y surrealismo en la obra de Tagore se combina con raíces orientales y un primitivismo que incorpora elementos simbólicos y ancestrales, creando un puente entre tradiciones artísticas y vanguardias occidentales, y posicionando su pintura como un precursor del arte moderno en India
Su obra pictórica, iniciada tardíamente en su vida, se caracteriza por un estilo primitivista que rompe con las formas clásicas y académicas, buscando una expresión más libre, espontánea y simbólica, cargada de lirismo y espiritualidad, similar a la poesía que cultivó.
Este primitivismo en Tagore no es un mero regreso a lo "primitivo" en sentido simplista, sino una reinterpretación estética que rescata formas esenciales y arquetípicas, con un fuerte contenido emocional y místico.
En ese
sentido, su pintura tiene ecos con el arte precolombino latinoamericano, que
también valora lo ancestral, lo simbólico y lo espiritual.
Los paralelismos entre el arte precolombino y la pintura de Rabindranath Tagore se encuentran principalmente en su enfoque simbólico, espiritual y primitivista, así como en la búsqueda de una expresión artística que trasciende la representación realista para conectar con lo ancestral y lo místico.
Simbología
y espiritualidad:
Tanto el
arte precolombino como la pintura de Tagore integran símbolos cargados de
significado religioso y místico.
En el
arte precolombino, las formas y figuras están vinculadas a creencias, rituales
y la conexión con la naturaleza y lo sagrado.
De manera similar, Tagore utiliza en su pintura formas simplificadas y simbólicas que expresan estados espirituales y emociones profundas, buscando una experiencia estética que va más allá de lo visible.
Primitivismo
y formas esenciales:
El arte
precolombino se caracteriza por la estilización y abstracción de figuras, con
un lenguaje visual que privilegia lo esencial y lo arquetípico.
Tagore, en su obra pictórica, adopta un primitivismo moderno que rompe con el academicismo y se acerca a formas simples y expresivas, en un diálogo con la tradición oriental y las vanguardias occidentales.
Este primitivismo en Tagore tiene ecos con las manifestaciones ancestrales americanas, generando un puente estético entre ambas culturas.
Función
ritual y conexión con la naturaleza:
En el
arte precolombino, la creación artística está estrechamente ligada a rituales y
a la relación mística con la tierra y los elementos naturales.
Tagore,
influido por su filosofía humanista y espiritual, también enfatiza la conexión
del arte con la naturaleza y la búsqueda de una experiencia estética que
trasciende lo material, lo que se refleja en su pintura y poesía.
Diálogo
intercultural y renovación estética:
La obra
de Tagore representa un cruce entre tradiciones culturales, integrando
elementos orientales con influencias occidentales y un primitivismo que
recuerda las formas ancestrales del arte precolombino.
Este diálogo entre culturas y épocas refleja una renovación estética que busca superar los límites del lenguaje artístico tradicional, algo que también caracteriza la valoración moderna del arte precolombino en América Latina.
Tagore, al integrar estas corrientes, estableció un puente estético entre Oriente y Occidente, y su obra visual comparte con las artes latinoamericanas contemporáneas un interés por la expresión directa, la conexión con lo espiritual y la búsqueda de una identidad cultural que no renuncia a la modernidad.
Su pintura además se caracteriza por un primitivismo moderno que dialoga con las vanguardias europeas.
Así, su pintura es un ejemplo temprano de modernismo contextual, donde la tradición local y las influencias globales se amalgaman para crear un arte universal y profundamente humano.
Tagore
mismo escribió un texto reflexivo sobre su pintura, donde describe su obra como
una "versificación en líneas", enfatizando que sus cuadros no buscan
representar ideas o hechos concretos, sino expresar una magnitud rítmica y
emocional fundamental.
En ese texto, menciona que sus pinturas emergen del "mar informe" y que la forma puede contener un "error mortal" que, sin embargo, no debe avergonzar, pues la forma muere para liberar lo inexpresable, un concepto muy ligado a la búsqueda espiritual y creativa de su arte.
La acuarela Dragón refleja esta búsqueda: es una composición donde las líneas y colores parecen danzar entre la forma y el vacío, evocando una criatura mítica que surge del inconsciente y simboliza la creación y destrucción, temas recurrentes en la obra de Tagore.
Dragón es un ejemplo emblemático de la pintura de Tagore, donde la expresión rítmica, la libertad formal y la espiritualidad se conjugan para crear una obra que trasciende la representación literal y se acerca a lo poético y metafísico.

Un cuadro
Desde las profundidades de Io sin voz
te he traído a este mundo,
donde alabanza y maldición están repartidos.
Debido a esta mi arrogancia,
¿abrigas alguna queja
contra tu creador?
Mientras permaneces sin manifestarte,
la miríada de formas del mundo danzan clamorosas
al ritmo de creación y destrucción.
Esperabas en el vacío
a un artista que oyera tu grito silencioso,
y te mantuviera
dentro de los Iímites de luz y sombra,
blanco y negro
. Pasaba muy cerca
cuando tu amada despedazó el vacío espacio del no ser
y tocóme silenciosa la frente...
con un sueño semiarticulado.
Desde el mar de Io informe
te he traído al mundo de los trazos;
¿este dolor reverbera
en el corazón de la forma?
¿Debido a un defecto de lo bello,
mi obra debe avergonzarse
por no honrar lo bastante la auténtica existencia?
Que sea esto así...
Porque un error mortal de la forma no se mantiene para siempre,
sino que muere por su propio peso
y quedarás libre de nuevo
¡y emergerás en el mar de lo informe, lo inexpresable!
Rabindranath Tagore
Paris 1932
MIS CUADROS
texto de Rabindranath Tagore

Como artista, no puedo reivindicar ningún mérito en mi valor, pues se trata del valor inconsciente de la candidez, como el de quien anda en sueños por un sendero peligroso y se salva únicamente porque está ciego ante el riesgo.
La única formación que recibí en mi época de juventud tuvo que ver con el ritmo del pensamiento, el ritmo del sonido.


1) - Retrato de Mujer - R. Tagore
2) - Rabindranath Tagore: Retrato, s/f
Acuarela sobre papel, 24,13 x 15,24 cm
Colección Shumita y Arani Bose, Nueva York
Había descubierto que el ritmo aporta realidad a lo que es poco sistemático, que es insignificante de por sí y, por consiguiente, cuando los rasguños de mi manuscrito, como pecadores, pedían la salvación a gritos y se abalanzaban sobre mis ojos con la fealdad de su irrelevancia, generalmente dedicaba más tiempo a rescatarlos con una finalidad rítmica nacida de la compasión que a realizar la que era mi tarea evidente. Durante esa labor de recuperación descubrí un hecho: en el universo de las formas existe una actividad perpetua de selección natural en las líneas y sólo sobrevive el más fuerte si tiene en su interior la fuerza de la cadencia; tuve la impresión de que resolver el problema de desempleo de lo heterogéneo sin techo con un equilibrio de satisfacción interrelacionado es la creación en sí.
Mis cuadros son mi versificación, en líneas. Si por azar se merecen el reconocimiento, deben recibirlo sobre todo por una magnitud rítmica de la forma que sea fundamental y no por una interpretación de una idea o una representación de un hecho."
28 de mayo de 1930


1) - Rabindranath Tagore: Autoretrato, s/f
Acuarela sobre papel, 22,86 x 15,87 cm
Colección Shumita y Arani Bose, Nueva York
2)Rabindranath Tagore-Dragon, s/f Acuarela sobre papel - 25-4 x 17-78 cm
Colección Shumita y Arani Bose- Nueva York
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