domingo, 24 de diciembre de 2023

24 DE DICIEMBRE HISTORIA DEL ARBOL DE NAVIDAD

 

De Raíces Paganas a

Tradiciones Modernas



El árbol de Navidad tiene raíces en diversas tradiciones y culturas paganas que celebraban festividades relacionadas con el solsticio de invierno. Aunque no hay una única fuente definitiva que explique su origen, se cree que el árbol de Navidad tiene influencias de antiguas prácticas paganas que celebraban el renacimiento, la vida y la luz durante el periodo invernal.

Antecedentes paganos:

 La costumbre de decorar árboles en invierno tiene sus raíces en prácticas paganas. En muchas culturas antiguas, se veneraba a árboles perennes, como el abeto, como símbolos de la vida eterna, la fertilidad y la resistencia ante el frío invernal.

Muchas culturas paganas celebraban el solsticio de invierno como un momento simbólico de renovación y el regreso de la luz. La idea era que, aunque los días eran cortos y oscuros, a partir de ese momento, los días serían ha más largos y la luz reencuentro.

En algunas culturas, se adoraban o veneraban árboles como símbolos de la vida eterna. Se creía que los árboles, especialmente los perennes, simbolizaban la renovación y la resistencia ante las estaciones cambiantes.



Los celtas decoraron los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno. Era una forma de "reanimar" el árbol y asegurar el regreso del Sol y de la vegetación. Y es que desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de regeneración.
La celebración del Yule, en la tradición nórdica, era una festividad que conmemoraba el solsticio de invierno. Durante esta celebración, se colocaban ramas verdes en el interior de las casas como símbolo de la vida y se encendían velas para representar la luz que regresaba.


En el antiguo Egipto, había festivales y rituales asociados con eventos astronómicos, pero el solsticio de invierno no era tan prominente como en algunas otras culturas. La religión egipcia estaba más centrada en eventos como las crecidas del Nilo, que eran cruciales para la agricultura y la vida en general.

En lugar de celebrar el solsticio de invierno, los egipcios tenían festivales y rituales relacionados con eventos como el Año Nuevo, que estaba vinculado a la crecida anual del Nilo. Uno de los festivales más importantes era el festival de la inundación, conocido como el festival de Opet, que celebraba la renovación y fertilidad asociada con las crecidas del río.


Tertuliano

Muchos de los primeros cristianos eran hostiles a estas prácticas. Por ejemplo, es famosa la exhortación de Tertuliano que condenó a los cristianos que celebraban las fiestas de invierno o decoraban sus casas con ramas de laurel en honor al emperador. Al respecto dijo:

“Aquellos sobre quienes los fuegos del infierno son inminentes, pongan en sus postes laureles condenados a arder ahora: para ellos son adecuados los testimonios de las tinieblas y los presagios de sus castigos. Tú eres una luz del mundo, y un árbol para siempre verde. Si has renunciado a los templos, no hagas de tu propia puerta un templo.”




En la antigua Roma en el festival  de Saturnalia, que se celebraba alrededor del solsticio de invierno, se intercambiaban regalos y se adornaban las casas con ramas verdes.

El fenómeno del solsticio de invierno se puede admirar en las sorprendentes zonas arqueológicas del mundo maya


Los mayas tenían un profundo conocimiento de la astronomía y celebraban el solsticio de invierno. 

En la ciudad maya de Copán, en Honduras, hay un estela conocida como "Estela 63" que tiene inscripciones relacionadas con el solsticio de invierno. 

Los mayas también erigieron estructuras arquitectónicas, como las pirámides de Chichen Itzá, que están alineadas de manera que la luz del sol durante el solsticio de invierno produce sombras que parecen descender por la escalinata de la pirámide, creando un efecto visual impresionante.

Las tribus indígenas en el suroeste de los Estados Unidos, como los Hopi y los Pueblo, tenían ceremonias y rituales durante el solsticio de invierno. Estos eventos estaban conectados con la agricultura y marcaban la renovación y el ciclo de la vida.

Tribus como los Iroqueses y los Sioux también tenían ceremonias asociadas con el solsticio de invierno. Estas ceremonias a menudo incluían danzas, cantos y rituales espirituales destinados a honrar la naturaleza y a buscar la renovación.


 En las civilizaciones andinas, como los incas, el solsticio de invierno era una ocasión importante. Machu Picchu, la famosa ciudad inca, está alineada de manera que el sol ilumina ciertos sectores de manera especial durante eventos astronómicos clave, como el solsticio de invierno.

Estos rituales y celebraciones estaban profundamente arraigados en las creencias espirituales y en la conexión con la naturaleza de estas culturas. Celebraban el cambio de estaciones, la renovación de la vida y la importancia de eventos astronómicos en sus vidas cotidianas.

 

Influencia cristiana:

El cristianismo adoptó y transformó estas tradiciones paganas ante la imposibilidad de erradicarlas.

La tradición del árbol de Navidad tal como la conocemos hoy en día está relacionada con la celebración cristiana del nacimiento de Jesucristo. 

Se cree que en la Europa medieval, los cristianos adoptaron la costumbre de decorar árboles como parte de las festividades navideñas.

Aunque inicialmente hubo resistencia en algunos sectores cristianos debido a las asociaciones paganas, la tradición del árbol de Navidad se fue integrando en las celebraciones navideñas cristianas. 

Durante la Edad Media en Europa, se realizaban representaciones teatrales llamadas "misterios" que representaban la historia bíblica desde la creación hasta la redención, y a menudo incluían un árbol de Paraíso decorado con manzanas.

Un misionero llamado Bonifacio taló un árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que "representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes" y porque su copa "señala al cielo”.

A partir de entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad, y por algún extraño motivo se colgaron de los techos. 

Imagen que muestra a Martín Lutero, a su familia y a algunos allegados junto a un árbol de Navidad.

 Martín Lutero y los primeros árboles  iluminados:

Se atribuye al reformador alemán Martín Lutero la introducción de luces en el árbol de Navidad. 

Según la leyenda, mientras caminaba por el bosque en una noche estrellada, quedó impresionado por la belleza de los árboles cubiertos de nieve y las estrellas brillando a través de las ramas. 

Al llegar a casa, colocó velas encendidas en un árbol para compartir esa experiencia con su familia.

 La costumbre de decorar árboles de Navidad se popularizó en Europa en los siglos XVII y XVIII.






Una costumbre del Príncipe Alberto

Según la leyenda popular, el príncipe Alberto, que era de origen alemán, introdujo la tradición del árbol de Navidad en la familia real británica. 

En 1841, el príncipe Alberto organizó la primera Navidad de la familia real en el Castillo de Windsor, y se dice que colocó un árbol de Navidad en el salón principal, decorado con luces, velas, dulces y juguetes. 

La reina Victoria quedó encantada con la idea, y la costumbre se extendió rápidamente entre la aristocracia y, posteriormente, entre la población en general.

La ilustración en Illustrated London News en 1848 mostraba a la familia real alrededor de su árbol de Navidad, y esta imagen ayudó a popularizar la tradición en todo el país. La reina Victoria y el príncipe Alberto se convirtieron en modelos a seguir, y la costumbre del árbol de Navidad se extendió a otras partes del mundo a medida que se conocía la historia.

 El impacto de la reina Victoria y el príncipe Alberto en la adopción de la tradición del árbol de Navidad contribuyó significativamente a su popularidad y aceptación en el Reino Unido y, eventualmente, en otras partes del mundo occidental.




Expansión y popularidad:

A lo largo de los siglos, la costumbre de decorar árboles de Navidad se difundió por Europa y luego llegó a América del Norte. A medida que las comunidades inmigrantes llevaron consigo sus tradiciones, el árbol de Navidad se convirtió en una práctica arraigada en muchas culturas occidentales.



Con el tiempo, la tradición del árbol de Navidad se ha vuelto más comercializada y globalizada. 

Hoy en día, el árbol de Navidad es una tradición ampliamente adoptada en todo el mundo, con variaciones en la forma de celebrarlo según las costumbres locales y las preferencias personales. 

La decoración del árbol, el intercambio de regalos debajo de él y otros rituales asociados han evolucionado a lo largo del tiempo, pero la presencia del árbol sigue siendo un elemento central en las festividades navideñas.

La decoración de árboles de Navidad se ha convertido en una parte central de las celebraciones navideñas en muchas partes del mundo, independientemente de la afiliación religiosa.

Actualmente dos ciudades bálticas se disputan el mérito de haber erigido por primera vez un árbol de Navidad en una plaza pública: Tallin (Estonia) en 1441 y Riga (Letonia) en 1510.


ARBOLES FAMOSOS

 Rockefeller Center, Nueva York

Miles de personas llegan hasta la ciudad de Nueva York para pasar la Navidad, ya que hay miles de actividades por hacer. El primer destino imperdible es el Rockefeller Center, el cual cuenta con un árbol inmenso decorado con miles de luces y con una estrella de tres metros de altura hecha de cristales Swarovski. Además, en el mismo punto se encuentra una pista de patinaje donde adultos y niños se podrán divertir. (Foto: Shutterstock)


Árbol de Navidad del Hotel Claridge's de Londres 

Árbol de Navidad de El Vaticano | Pxfuel

Jerome Dorkel / Strasbourg Eurometropole, cortesía de Estrasburgo Capital de la Navidad

El árbol navideño de Budapest

Está frente a la basílica de San Esteban. Este es uno de los árbol más bonitos de Europa, el cual se caracteriza por presentar miles de luces y adornos navideños de ensueño que logran embellecer las calles de la capital de Hungría. (Foto: Shutterstock)


El árbol de Navidad de la Puerta del Sol en Madrid

Más de dos centenares de vías de Madrid cuentan con iluminaciones especiales. La gigantesca bola de doce metros de diámetro en el cruce de Gran Vía y la calle de Alcalá, con 43.000 luces, y el árbol de la Puerta del Sol son solo algunos de sus encantos navideños. El árbol de luces del centro madrileño es la decoración más famosa y fotografiada de la capital española. 

El árbol de Navidad de Vilna, Lituania

Se ubica en Lituania, en especifico, en la Ciudad Vieja de Vilna. Las personas que lleguen hasta la plaza principal se sorprenderán con su árbol navideño, el cual se ha caracterizado por tener una estructura metálica con veinte metros de altura y cinco kilómetros de luces. (Foto: Shutterstock)

Gubbio, Italia -El árbol navideño italiano ganó un Récord Guinness en 1991 por ser el árbol más grande del mundo. Este se ubica en las laderas del Monte Ingino y sorprende con sus 650 metros. Además, está decorado con miles de luces coloridas y se puede ver desde cualquier parte del pueblo. (Foto: Shutterstock)


FUENTES

https://biteproject.com/a

https://www.admagazine.com/

https://www.ngenespanol.com/

https://es.wikipedia.org/

https://historia.nationalgeographic.com.es/

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