Lema 2023: Combatir la desigualdad para un futuro resiliente
El 13 de octubre se celebra el
Día Internacional para la Reducción de los Desastres, con el objetivo de
minimizar los riesgos derivados de los desastres naturales y generar una
cultura mundial sobre prevención y preparación ante fenómenos naturales.
¿Por
qué se celebra el 13 de octubre?
En 1989, la Asamblea General
de las Naciones Unidas proclamó el Día Internacional para la Reducción de los
Desastres Naturales, que se celebraría el segundo miércoles de octubre.
A partir de 2009, la
celebración pasó al 13 de octubre y cambió de nombre, llamándose a partir de
entonces, Día Internacional para la Reducción del Riesgo de los Desastres.
El motivo de este cambio se
debe a que, según la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de
Desastres (UNISDR):
"Los desastres no son
naturales, sino que son el resultado de las omisiones y la falta de prevención
y planificación ante los fenómenos de la naturaleza."
¿Qué
son los desastres naturales?
Con el término desastres
naturales se hace referencia a las pérdidas de vidas humanas y materiales como
consecuencia de fenómenos naturales.
La mayoría de muertes a causa
de desastres naturales se deben a eventos meteorológicos en especial,
inundaciones, tormentas y olas de calor que han duplicado sus cifras durante
los últimos 40 años.
Otra parte importante se da
por eventos geofísicos extremos, en especial terremotos, tsunamis y erupciones
volcánicas.
¿Por qué un día para la reducción de los desastres?
Los desastres naturales,
muchos de ellos, consecuencia del cambio climático, hoy por hoy son
inevitables, pero los daños que causan pueden minimizarse si se toman algunas
medidas concretas.
Concretamente son los
gobiernos locales y regionales los que tienen que hacer un esfuerzo para la
preparación y la respuesta a las catástrofes.
Campaña Sendai Siete
Actualmente, la UNISDR está
lanzando la campaña Sendai Siete, para promover cada una de las siete metas
incluidas en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres,
adoptado en Sendai, Japón en marzo de 2015, que son las siguientes:
Reducir la mortalidad mundial.
Reducir el número de personas
afectadas.
Reducir las pérdidas
económicas.
Reducir los daños en
infraestructuras vitales e interrupción de los servicios básicos, como la salud
y la educación.
Incrementar el número de
países con estrategias de reducción de riesgos de desastres.
Mejorar la cooperación
internacional.
Incrementar la disponibilidad
de los sistemas de alerta temprana.
Desastres
naturales: Consejos y datos breves
1. Experimentar una
inundación, una tormenta o un terremoto violento o peligroso puede ser
especialmente traumático para niños y jóvenes, y la devastación del entorno
familiar puede durar mucho tiempo y provocar una gran angustia.
2. Los niños recurren a los
adultos importantes en sus vidas para que los guíen sobre cómo controlar sus reacciones
después de que acabó la amenaza inmediata.
Los padres, maestros y otros
cuidadores pueden ayudar a los niños y jóvenes a sobrellevar las consecuencias
de un desastre natural conservando la calma y asegurándoles a los niños que
todo estará bien.
3. Después de un desastre
natural, se sucede una cantidad de reacciones frecuentes; sin embargo, las reacciones
de los niños pueden variar de acuerdo con la edad y el nivel de desarrollo.
○ Educación preescolar:
comportamientos de regresión, disminución en la verbalización y aumento de la
ansiedad.
○ Educación elemental: poca
atención/concentración, evitar ir a la escuela, irritabilidad, dependencia, agresión,
manifestaciones somáticas, pesadillas, aislamiento social.
○ Educación media y
secundaria: problemas para dormir y comer, agitación, aumento de conflictos, quejas
físicas, conducta delictiva y poca concentración.
4. Varios factores de riesgo
pueden afectar la gravedad de las reacciones de un niño.
Estos incluyen la exposición
al evento real, lesión personal o pérdida de un ser querido, nivel de apoyo de
los padres, distanciamiento de su hogar o comunidad, nivel de destrucción
física y riesgos preexistentes, como una experiencia traumática previa o una
enfermedad mental.
5. A continuación se describen
los problemas relacionados con determinados desastres.
Mansiones destruidas por el huracán Nicole en Daytona Beach.AFP
○ Huracanes. Por
lo general, los huracanes se pronostican con anticipación para que las comunidades
tengan tiempo de prepararse y las familias puedan reunir provisiones y evacuar
sus viviendas, si fuese necesario.
Aun así, existe la posibilidad
de sentir miedo y ansiedad por el potencial impacto de la lluvia y los vientos
feroces.
Los niños pueden mostrar
respuestas exageradas de sobresalto, ansiedad y un gran estrés durante un
huracán o inmediatamente después de este.
En consecuencia, los niños pueden volver a experimentar reacciones de estrés similares cuando ocurran fenómenos meteorológicos graves posteriores.
Terremoto
de 1985: Devastador sismo que cambio para siempre el rostro de la Ciudad de
México
○ Terremotos. Las
réplicas diferencian los terremotos de otros desastres naturales. Debido a que
no existe un punto final claramente definido, los daños causados por los
temblores continuados pueden aumentar la angustia psicológica. Además, los
terremotos ocurren prácticamente sin advertencia, lo cual limita la capacidad
de las personas de hacer ajustes psicológicos que puedan ayudar a enfrentar el
problema y puede causar desesperación.
Las réplicas y la destrucción
pueden derivar en un período más prolongado hasta que los niños se sientan
realmente seguros.
El tornado
“Tri-State”
○ Tornados. Al
igual que con los terremotos, por lo general las personas tienen poco tiempo de
prepararse para los tornados. Puede ser difícil afrontar las vistas y los
olores de la destrucción que se ve después de un tornado. Además, se ha
observado que la culpa del sobreviviente es un desafío de superación
especialmente frecuente. Por ejemplo, algunos niños pueden sentir culpa porque
aún tienen una casa donde vivir mientras que su amigo no la tiene.
Las lluvias torrenciales han
dejado en los últimos días decenas de muertos y desaparecidos en la provincia
china de Henan. (@XHNews)
○Inundaciones En el
contexto de un clima global rápidamente cambiante, los peligros relacionados
con el agua encabezan la lista de desastres naturales con las mayores pérdidas
humanas en los últimos 50 años, según un nuevo informe de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM).
Datos
sobre desastres naturales en los últimos años
Como datos curiosos, durante
los últimos 20 años, más de 1,35 millones de personas han perdido la vida como
resultado de la exposición a amenazas naturales, en especial mujeres y niñas.
Miles de infraestructuras y servicios básicos han sido destruidos y paralizados, causando más daños a la población y a la economía de los países afectados.
Los mayores desastres naturales en el siglo XXI: miles de vidas arrebatadas por la naturaleza
2019 | El ciclón Idai sacude Mozambique,
Zimbabue y Malawi
Más de 1.000 muertos a causa
de la peor catástrofe natural del hemisferio sur, según fuentes de la ONU,
dejaban a más de 1.5 millones de afectados en los tres países.
En las primeras semanas, ACNUR desalojó a refugiados y desplazados, para pasar a coordinar una respuesta entre varias agencias de las Naciones Unidas para ayudar a los supervivientes. En la semana del 27 de marzo, ACNUR puso en marcha el envío de tres aviones desde los almacenes para entregar refugios, mantas, bidones de agua y otros útiles humanitarios.
Imagen de ACNUR | Mujeres somalíes huyen del sur del país.
Huida de Somalia - 2017 | La peor sequía de los últimos 60 años llega a Somalia
La que ha sido catalogada como
la peor sequía de los últimos 60 años se cierne sobre la región del Cuerno de
África, empeorando el conflicto en Somalia y provocando hambruna ante la falta
de cultivos o ganado.
“Si volviésemos sólo tendríamos tierra seca y muerte”, dice un pastor somalí refugiado.
2016 | Terremoto de Ecuador
Cientos de personas y miles de
heridos sufrieron en 2016 un terremoto que comenzaba en la costa norte del
país. Para hacer frente, ACNUR envió de inmediato 100 toneladas de ayuda
humanitaria.
Soldados
nepalíes entre los restos de edificios en la plaza de Durbar, gravemente dañada
en el terremoto, el 29 de abril de 2015.
2015 | Terremoto de Nepal
En un país tan pequeño y pobre
como Nepal, el terremoto de 7,8 grados tuvo consecuencias catastróficas. 8.600
personas murieron y decenas de aldeas quedaron totalmente destruidas. Entonces,
ACNUR envió 4 millones de euros en ayuda (lonas plásticas, lámparas solares…)
en menos de 48 horas. 550.000 procedían de España.
2013 | Tifón Haiyán en
Filipinas
Más de 4 millones de filipinos tuvieron que huir tras el paso del Tifón Haiyán y 9 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria. ACNUR entregó lonas plásticas a miles de familias para ayudarles a sobrevivir. “Los que pueden permitirse partir lo hacen, pero los más pobres están obligados a quedarse”, explicaba un trabajador.
2012 | Inundaciones en
Filipinas
A principios de 2012, las
inundaciones en la isla de Mindanao destruyeron las casas de más de 10.000
personas. En menos de 24 horas, ACNUR pudo enviar mantas, lonas y bidones desde
el almacén logístico que tiene ACNUR en Dubai.
2010 | Terremoto de Haití
A pocos
kilómetros de la capital de la isla de Haití, un terremoto de magnitud 7.0
dejaba más de 225.570 muertos y un número aún mayor de heridos. En la peor
catástrofe natural del siglo XXI, ACNUR dio asistencia a los más de 3 millones
de supervivientes desplazados en el país.
Australia ha sufrido numerosos incendios de grandes dimensiones en los últimos años.
Craig Sillitoe / Getty Images
2009 I Australia
Los Incendios del Sábado
Negro, como son conocidos, son unos de los más graves de la historia moderna.
El sábado 7 de febrero se declararon más de 400 focos de incendios en el estado
australiano de Victoria.
Las altas temperaturas (más de 40ºC) y el fuerte viento (más de 100 km/h) hicieron que los bomberos tardarán casi 40 días en apagarlo, con un triste balance: 173 muertos, más de 400 heridos, más de 2.000 hogares arrasados y 7.500 evacuados, además de más de medio millón de hectáreas destruidas.
Víctimas del 'Nargis',
rodeadas de desolación. (Foto: Save The Children)
2008 | Ciclón Nargis en
Birmania
El ciclón dejó 84.000 muertos,
50.000 desaparecidos y más de 1,3 millones de víctimas que recibieron
asistencia de agencias de Naciones Unidas como ACNUR.
2008 | Terremoto de Sichúan,
en China
Se calcula que este terremoto
se cobró la vida de más de 85.000 personas en uno de los mayores desastres
naturales del siglo XXI.
2005 | Huracán Katrina
El mayor desastre natural que
ha azotado a los Estados Unidos a lo largo de la historia dejaba el mayor
número de muertos en la ciudad de Nueva Orleans.
2005 | Terremoto de Cachemira
Se estima que más de 85.000
personas perdieron la vida tras un terremoto de grado 7,6 en la región de
Cachemira, en la India.
Imagen de ACNUR | Los trabajadores queman los restos de animales muertos para evitar que se contamine el agua.
2005 | Conflicto de Darfur y huida hacia el desierto
180.000 sudaneses huyeron del
conflicto en Darfur hacia el desierto de Chad: uno de los entornos más
inhóspitos en los que ACNUR ha trabajado nunca: largas distancias, calor
abrasador, tormentas de arena, escasez de agua potable…
Ahora, la estación de lluvias arrasa el Cuerno de África inundando y dificultando el acceso a las zonas de refugio.
Foto: Cordón Press / Ilir Sulejmani
2004 | Tsunami en el Sudeste asiático
160.000 personas murieron en el tsunami que abatió el Océano Índico. Naciones Unidas pudo llevar ayuda en menos de 24 horas para 1,7 millones de supervivientes.
2022 I Volcán Tonga
La erupción del volcán de
Tonga en 2022 fue la más explosiva del siglo XXI, destruyendo aproximadamente
el 90% de la isla deshabitada de Hunga-Tonga-Ha'apai.
El volumen de material que
expulsó el volcán de Tonga, fue de alrededor de 10 kilómetros cúbicos (km3), lo
que lo convierte en la mayor erupción explosiva del siglo XXI, equiparable a la
fuerza destructiva de la erupción del Monte Pinatubo (Filipinas), en 1991.
La erupción volcánica que causó más víctimas mortales en la historia sigue siendo la del volcán Tambora en Indonesia en 1815, con un total de 71.000 muertes por lo que se la denomina el volcán del milenio.
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