domingo, 20 de noviembre de 2016

El 20 DE NOVIEMBRE DE 1625 NACÍA PAULUS POTTER

EL PINTOR DEL CAMPO

 Paulus Potter, interpretado por Bartholomeus van der Heist


Paulus Potter nació en Enkhuizen y fue bautizado el 20 de noviembre de 1625.
Fue un pintor barroco neerlandés especializado en animales y paisajes.

Hijo de Pieter Potter, pintor de naturalezas muertas y de batallas.
Potter estudió pintura con su padre, en Enkhuizen. Su padre fue durante un tiempo creador de colgaduras de cuero dorado en Ámsterdam, pero lo dejó al cabo de pocos años.
Cuando su madre muere, el padre comienza un romance con la esposa de Pieter Codde.
Potter fue un artista precoz, su primera obra firmada es de fecha 1640, sólo 15 años de edad.

Se unió al gremio de pintores de San Lucas en Delft en 1646.

En el año 1946 pinta Familia minifundista con ganado. y


En 1647 pinta el cuadro La pintura el joven Toro .
En el año 1649 pinta Dos caballos de tiro delante de una choza .
Ese mismo año, se trasladó a La Haya, junto a Jan van Goyen donde conoció a su esposa Adriana, hija del arquitecto Claes van Balkeneynde  Ella lo introdujo en la élite social holandesa.
Él se dedicaba con gran pasión a pintar escenas de ganado vacuno y ovino en los claros días soleados.
Sólo su obra maestra "Bull joven" de 1647 se distingue por su estilo canónico.


En el año 1652 pinta  Los dos caballos del arado


En el año 1659 pinta Dos caballos en el prado cerca de una puerta.
Después de desacuerdos con sus compañeros pintores y con Amalia de Solms-Braunfels, miembro de la familia de los estatúderes, se marchó a Ámsterdam.



Potter fue invitado por Nicolaes Tulp, quien quedó impresionado por sus maneras y su educación. Pintó a su hijo, Dirck Tulp.


En el año 1652 pinta La manada pacífica. Ese mismo año muere su padre.

En el año 1650 pinta El bosque de La Haya .

En 1651 pinta Cuatro vacas en un prado .

En el año 1652 pinta la obra Paisaje con vacas y cabras.


En 1653 pinta El caballo pío.

En el año 1653  pinta la obra La pradera.

Murió en Ámsterdam, y fue enterrado el 17 de enero de 1654, a los 29 años de edad, víctima de la tuberculosis. Tuvo una gran influencia en los artistas que pintaron paisajes a principios del siglo XIX.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

16 DE NOVIEMBRE DÍA INTERNACIONAL DE LA TOLERANCIA



Las Naciones Unidas se han comprometido a fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y es más importante que nunca en una era en que el extremismo y el radicalismo violentos van en aumento y en que se amplían los conflictos caracterizados por un menosprecio fundamental de la vida humana.

En 1995, los países miembros de la UNESCO adoptaron una Declaración de Principios sobre la Tolerancia. La Declaración afirma, entre otras cosas, que la tolerancia no es indulgencia o indiferencia, es el respeto y el saber apreciar la riqueza y variedad de las culturas del mundo y las distintas formas de expresión de los seres humanos. La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente es naturalmente diversa; sólo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo.
La Declaración describe la tolerancia no sólo como un deber moral, sino como un requerimiento político y legal para los individuos, los grupos y los estados. Sitúa a la tolerancia en el marco del derecho internacional sobre derechos humanos, elaborados en los últimos cincuenta años y pide a los estados que legislen para proteger la igualdad de oportunidades de todos los grupos e individuos de la sociedad.

La injusticia, la violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de intolerancia. La educación es un elemento clave para luchar contra estas formas de exclusión y ayudar a los jóvenes a desarrollar una actitud independiente y un comportamiento ético. La diversidad de religiones, culturas, lenguas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino una riqueza valorada por todos.

¿Cómo luchar contra la intolerancia?


    Luchar contra la intolerancia exige un marco legal
    Los Gobiernos deben aplicar las leyes sobre derechos humanos, prohibir los crímenes y las discriminaciones contra las minorías, independientemente de que se cometan por organizaciones privadas, públicas o individuos. El Estado también debe garantizar un acceso igualitario los tribunales de justicia, a los responsables de derechos humanos y a los defensores del pueblo, para evitar que las posibles disputas se resuelvan por la violencia.
   
Durante el apartheid, el matrimonio interracial era ilegal en Sudáfrica. Sin embargo los niños no saben acerca de la discriminación racial. Foto ONU/Mark Garten


Luchar contra la intolerancia exige educación
    Las leyes son necesarias pero no suficientes para luchar contra la intolerancia y los prejuicios individuales. La intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a culturas, naciones o religiones distintas. La intolerancia también surge de un sentido exagerado del valor de lo propio y de un orgullo personal, religioso o nacional, exacerbado. Estas nociones se aprenden a una edad muy temprana. Por eso es necesario poner énfasis en la educación y enseñar la tolerancia y los derechos humanos a los niños para animarles a tener una actitud abierta y generosa hacia el otro. La educación es una experiencia vital que no empieza ni termina en la escuela. Los esfuerzos para promover la tolerancia a través de la educación no tendrán éxito si se aplican a todos los grupos en todos los entornos: en casa, en la escuela, en el lugar de trabajo, en el entrenamiento de las fuerzas del orden, en el ámbito cultural y en los medios sociales.
   

Luchar contra la intolerancia requiere acceder a la información
    La intolerancia es especialmente peligrosa cuando individuos o grupos de individuos la usan con fines políticos o territoriales. Identifican un objetivo y desarrollan argumentos falaces, manipulan los hechos y las estadísticas y mienten a la opinión pública con desinformación y prejuicios. La mejor manera de combatir estas políticas es promover leyes que protejan el derecho a la información y la libertad de prensa.
  

 Luchar contra la intolerancia requiere una toma de conciencia individual
    La intolerancia en la sociedad es la suma de las intolerancias individuales de todos sus miembros. La intolerancia religiosa, los estereotipos, los insultos y las bromas raciales son ejemplos de intolerancia que se viven en lo cotidiano. La intolerancia lleva a la intolerancia y para luchar de forma efectiva es necesario que cada uno examine su papel en el círculo vicioso que lleva a la desconfianza y a la violencia en la sociedad. Todos debemos preguntarnos: ¿soy una persona tolerante? ¿Juzgo a los otros con estereotipos? ¿Rechazo a los que me parecen diferentes?
   

Luchar contra la intolerancia exige soluciones locales
    Los problemas que nos afectan son cada vez más globales pero las soluciones pueden ser locales, casi individuales. Ante una escalada de intolerancia, los gobiernos o las instituciones no pueden actuar solos. Todos formamos parte de la solución y tenemos una enorme fuerza a la hora de enfrentarnos a la intolerancia. La no-violencia puede ser una herramienta muy efectiva para confrontar un problema, crear un movimiento, demostrar solidaridad con las víctimas de la intolerancia o desacreditar la propaganda fomentada por el odio.
FUENTE
http://www.un.org/es/index.html